Cuentos chinos a los socios
El domingo se celebrará una ceremonia de confusión disfrazada de asamblea. Extraordinaria, eso sí. En la misma hay tres puntos previstos en el orden del día: la aprobación del patrocinio de Rakuten como espónsor de la camiseta, un millonario contrato en China con la empresa Mission Hills que incluirá un parque temático y una FCB Escola y un supuesto acuerdo con los directivos de la última junta de Laporta para retirar la demanda por la Acción de Responsabilidad que les impuso Rosell. Excepto lo de Rakuten, lo demás es un misterio insondable.
Nadie ha explicado de qué va la inversión en China. Es decir, que los compromisarios se tragarán en 45 minutos un plan de negocio (que comprarán) en el que les explicarán con detalle que en la ciudad de Haikou, en la isla de Hainan, el Barça atará los perros con longanizas. Mayoría absoluta garantizada. Pero lo peor vendrá cuando se hable sobre el futuro patrimonial de 17 familias culés afectadas por un revanchismo cainita. Puede que la junta adopte el papel magnánimo, pero como pasa con el proyecto de China, los socios se enterarán del pacto y los detalles en el acto, cinco minutos antes de votar unos cuentos chinos en asamblea.