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De acuerdo al resultado de este primer juego entre Tolima y Santa Fe, sin goles, debería buscar las razones que provocaron en unos frustración, los locales y en otros satisfacción por lo cumplido.

El espejismo que crea la posesión de pelota, deja de serlo, cuando aquello se convierte en posición cercana al arco contrario. Posición para aproximarse al gol. El Tolima de acuerdo a esa medición, si tuvo la pelota, casi el control del juego, pero sin claridad para llegar a donde Castellanos. Se contabilizaron escasas acciones y el trabajo de los arqueros fue mínimo. 

En el comienzo del segundo tiempo, pareció Santa Fe dispuesto a disputar el juego mucho más arriba. Resultó fugaz esa intención, porque en seguida, los orientados por Costas, trabajaron y lo hacen bien, en ese aspecto, de esperar con escasa distancia en sus líneas posteriores y crear una verdadera maraña o muralla para ahogar los arrebatos del Tolima. 

Patético resultó un cobro de un tiro libre por Armando Vargas. Quiso engañar a todos quienes esperaban un centro al punto penal y alargó un pase, tan exagerado y sin cálculo a su compañero que al igual a todos los presentes, quedó desarmado, sin entender cuál era la intención del cobrador. Esa jugada reflejó el desconcierto del volante, que perderá el juego de vuelta. 

Santa Fe, fiel a su estilo, despreocupado en gran parte de los 90 minutos de ir por la zona de ataque. Gómez, supuestamente el conductor, no localizó alguna jugada para Osorio y Anderson Plata, a quien no le gustó para nada el cambio por Agudelo. 

Mucha fricción, escasa pausa y 0-0, con sabor amargo y para ambos. Claro que los cardenales en El Campín deberán variar el plan de juego, ser protagonistas, llevar la iniciativa, aunque es probable que Tolima, sin Vargas ni Montoya Muñoz, recargue toda la posibilidad de salida para contragolpe en Cléider Alzate. 

Por lo visto ambos equipos están claros en su manera de jugar. Es más sólido Santa Fe, como grupo compacto y la velocidad y desplazamiento rápido va por cuenta de los tolimenses. Es una serie pareja, donde un error va a costar la estrella. O dicho de otra forma quien lo aproveche, sacará ventaja. Los “pijaos” tienden a ir al empate, porque últimamente les va bien en la definición desde el punto penal. 

Hablando de penales y después de lo ocurrido con Nacional en Japón, los jueces de la casa, estarán esperando esa ayuda tecnológica, que los sacará de problemas. Es cuestión de paciencia. 

Fútbol oscuro, muy previsible en la confrontación inicial. Sin grandes valores individuales. Sin sorpresa. Restan 90 minutos e insisto: un error va a jugar papel definitivo.