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Este Clásico sí tuvo ganador: la Premier

Pasó el partido y un amigo, gallego lúcido, me hizo esta síntesis: “Este Clásico lo ha ganado la Premier”. Independientemente de que mi amigo es culé y eso le daba una nota lúgubre a su análisis, no dejé de quitarle la razón. Esperaba más del partido, creo que a todos nos pasó. En cierto modo, cada Clásico provoca un orgullo de toda la tribu, sabemos que el mundo entero lo mira, que lo tiene por el mejor espectáculo del mundo. Por eso mismo, cuando no sale del todo bien nos deja un pesado sentimiento de tarea incumplida, como si hubiéramos vendido una ilusión exagerada a la que luego no hemos sabido corresponder.

LaLiga compite con la Premier, de hecho puso su gran partido en el horario estrella de la Premier, segundo mejor horario en Asia. Allí, claro, el mejor horario es imbatible, porque se utiliza para las transmisiones más importantes de cada lugar. Es por el segundo horario por el que se pelea, y ahí se colocó este partido, en busca de enamorar a una clientela habituada a la Premier. Pero el partido no estuvo a la altura de lo esperado. Reunía a 18 de los 55 mejores jugadores del mundo, pero a la hora de la verdad se nos quedaron en media hora de Iniesta y en el gol furioso de Sergio Ramos. Tampoco el arbitraje fue como para presumir.

Veinte buenos minutos del Barça, eso fue todo. Ni siquiera el estreno del sistema 360 dejó gran cosa, más allá del empeño en dar una imagen fija para que pareciera mano lo de Carvajal, jugada que ya una repetición previa había aclarado que fue de balón a pecho. Menos esfuerzo hizo por aclarar el derribo de Mascherano a Lucas Vázquez o la maniobra de Luis Suárez para apartar a éste en el gol. Todo piano suena según los dedos que tocan las teclas. Pero lo peor fue el escaso espíritu de ambos, salvo ese buen tramo del Barça y el arreón final del Madrid, obligado por el marcador y favorecido por el repliegue culé. En fin, que ganó la Premier.