McManaman: “Zidane es perfecto para el banco del Madrid"
Jugó en el Madrid de 1999 a 2003 (152 partidos y 16 goles) y vivió la transición al equipo galáctico. En la retina de los aficionados del equipo blanco aún está el gol que le marcó de vaselina a Bonano en las semifinales de la Champions de la temporada 01-02.
¿Recuerda su gol al Barça en las semifinales de la Champions?
Sí, fue a Bonano, hice una vaselina encima de su cabeza, en la última parte del partido. Era la ida y ganamos por 2-0. Estábamos casi en la final.
¿Le recuerdan ese gol en Inglaterra?
En realidad, no (risas). La culpa es de la tele. Antes se retransmitía un partido de vez en cuando, pero no como ahora. Imagino que la gente estaría viendo a los equipos ingleses.
¿Toma parte en el debate entre Messi y Cristiano?
Tenemos muchísima suerte de tener a los dos en el mismo tiempo. Se retan para ser los mejores cada año. Cristiano ya marcó 16 goles en la última fase de grupos de la Champions, y ahora Leo tiene nueve después de cuatro partidos. Es casi imposible comparar a Cristiano o Messi con Pelé, porque jugaron separados por 30 o 40 años. La diferencia es que cuando hablas de las leyendas del pasado, normalmente hablas acerca de una persona, ya sea Cruyff, Maradona o Pelé. Estos son dos... La cantidad de goles que producen cada año es fenomenal. No creo que vayamos a ver esto de nuevo.
¿A quién ficharía para su equipo?
Messi está perfectamente adaptado a Barcelona y Cristiano a la manera en que juega el Madrid. Eso sí, el portugués ha estado en tres ligas distintas. Eso haría que me inclinara por él.
¿Cuántos entrenadores tuvo usted en el Madrid?
Firmé el contrato y el míster fue Hiddink, pero cuando llegué él se había ido. Sólo tuve a John Toshak durante los primeros dos meses y luego a Del Bosque y Carlos Queiroz.
¿Qué aprendió de ellos?
John Toshak hacía muchas cosas en los calentamientos, como hacía en el Liverpool, así que conocía los ejercicios y por supuesto él hablaba inglés. Del Bosque era un carácter totalmente distinto. Muy callado, pero se llevaba muy bien con el equipo, conseguía que jugásemos bien. Él garantizaba que los jugadores estuvieran contentos, que confiaran unos en los otros y que el equipo tuviera mucho éxito. No aprendí mucho de Carlos Queiroz porque, en realidad, no trabajaba con él. Y fue raro como despidieron a Vicente del Bosque. Luego ficharon al número dos del United. Todo fue muy extraño...
¿Estuvo cerca de fichar por el Barça?
En 1996 hicieron una oferta al Liverpool y ellos la rechazaron. Hablamos por teléfono, pero nada más que eso.
¿Quiso el Madrid venderle al poco de llegar?
Fue al final del primer año. Acabábamos de ganar la Champions y el nuevo presidente llegó y trajo a Figo, y creo que quería venderme, como a Fernando Redondo. Todo estaba muy confuso, la gente no sabía que estaba pasando. El último partido fue la final de la Champions y habíamos jugado bien todo el equipo y de repente quería que se fueran jugadores. No entendíamos nada.
¿Cómo se adaptó al fútbol español tan bien?
Del Bosque no nos dijo mucho, la verdad. Sabía que tenía muy buenos jugadores e hizo que no fuéramos egoístas. En el fútbol, si alguien está en mejor posición que tú, entonces le pasas la pelota y si tú estás en mejor posición, tu expectativa es que te den a ti la pelota, y creo que eso es todo.
¿Tenía un galáctico favorito?
No. Figo era buen amigo, también Zizou cuando llegó, aunque tiene otro carácter. Luis hablaba inglés, así que tenía muy buena relación con él. Zizou hablaba francés e italiano. Ronaldo era un personaje enorme, así que no tenía favoritos. Pensaba que todos eran futbolistas increíbles, pero el concepto de los ‘Galácticos’ fue una chorrada. No me puedes decir que Roberto Carlos y Raúl, que ganaron la Champions en 1998 y 2000, no son Galácticos.
Dice que Zidane era muy callado. ¿Pensó que llegaría a ser entrenador?
Hubo gente que dijo que fracasaría. Yo creo que es el entrenador perfecto para Madrid: no quiere discutir con el presidente, ni salir y hablar sobre esto y aquello... Es muy similar al Del Bosque, reservado, contenta a los jugadores, asegura que todo marche bien. Mire, los jugadores del Madrid son tan buenos, como los jugadores del Barcelona, que deben ganar casi todos los partidos. Si además consigues que estén contentos y en buen estado físico, tienes mucho ganado. Al Madrid no le hacen falta personajes grandes y ásperos. Las estrellas son los jugadores. El técnico sólo tiene que venir, como Carlo (Ancelotti) hizo, mantener sus planes en secreto, decir lo menos posible y hacer que los jugadores estén felices. Así, nueve de cada 10 partidos los vas a ganar porque sus 11 jugadores van a ser mejores que el 11 del rival.
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