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América de Cali

Martínez Borja: "El título de la B será en honor a Chapecoense"

El delantero del América, rememoró, detalle a detalle, el eterno momento en el que se paró frente al balón para cobrar el penalti que les dio el ascenso. Está de luto, abatido.
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CaliActualizado a
Martínez Borja: "El título de la B será en honor a Chapecoense"
Héctor Fabio Gruesso

Tigres vs América de Cali

Tensión en el Pascual, en Cali, en Colombia, en el mundo donde hubiera un hincha del América o estuvieran deseando que el equipo regresara a la A. Algunos prefirieron no mirar, otros oraron de rodillas. Pareciera que se detuviera el tiempo. Millones de ojos clavados en Cristian Martínez Borja, en el balón ubicado en el punto penal, en el arquero que estiraba sus brazos y se movía de lado a lado en el ancho arco. Entonces, ‘el Doctor del gol’ simuló estar nervioso.

Luego de tres días de convertir en gol el penalti que le concedió al América el regreso a la máxima categoría del balompié colombiano, Martínez Borja reveló lo que sintió en ese eterno momento, cuando se paró frente al cuero. Desde hacía una semana, sin siquiera saber si iba a estar ante tamaña responsabilidad, ya había decidido a que costado ejecutaría.

“Yo no tengo uñas largas. El portero de ellos estaba hablando mucho, decía que lo iba a botar, entonces le di la espalda y me comí la uña para que él pensara que yo estaba asustado. Así como ellos tienen su estrategia, uno también… estaba frío, no estaba asustado. Yo siempre decía que es muy lindo hacer goles en ese tipo de partidos. No escuchaba nada. Estuve una semana pensando dónde iba a tirar el balón del penalti. Nosotros no dormíamos ni comíamos en la concentración. En la cancha, todo mundo hablaba y el árbitro no pitaba. Yo le estaba pidiendo al ‘Señor’ que no me fuera a dejar fallar. Siempre tuve fe. Dios era el que estaba cobrando por mí en ese momento”, reveló Martínez Borja, en diálogo con AS Colombia.

El fútbol está de luto

Del júbilo a la congoja. Cristian Martínez Borja se presentó este miércoles en Cascajal, abatido. A las noches de vigilia en la búsqueda del ascenso, sumó las de contrariedad por el accidente que acabó con la vida de periodistas, de los integrantes de la tripulación, de la plantilla del Chapecoense que se dirigía a Medellín, para la final de la Copa Sudamericana. Dos excompañeros suyos perdieron la vida en ese vuelo.

“Compartí con Josimar (en Internacional) y con Gil (en Mogi Mirim), con quien aún mantenía comunicación. Me decía que estaba muy feliz por el momento que estaba viviendo, me habló del viaje que hicieron a Barranquilla y que esperaba que pronto nos pudiéramos ver. Vivimos en una casa-hogar y luego nos rentaron una vivienda, siempre íbamos juntos a comer. En el fútbol brasileño los jugadores son muy humildes y creyentes. Recuerdo que cuando llegué a Internacional, estaban en el carnaval, todos se fueron para sus casas, me quedé solo y Jossimar me dijo, ‘negrito, vente para mi casa’”.

Luego de la noticia: “No pude dormir, a la 6 de la mañana pude pegar los ojos y luego tuve que levantarme a hacer otras vueltas. Cuando llegué, intenté dormir y no lo logré”.

El esfuerzo de los futbolistas: “Da mucha tristeza, por lo que todos ellos estaban viviendo. En ocasiones solo se mira el partido y los problemas. Pero vea, estos muchachos estaban jóvenes y mueren lejos de sus familias. Todos tenían hijos pequeños. Siempre he tenido ese temor. Cuando salimos de viaje, dejamos a nuestras familias esperando, y mire, los de Chapecoense no regresaron. A mí no me gusta estar viajando en avión, pero esto hace parte de nuestra profesión”.

La final de la B, frente a Tigres: “Espero que Dios nos dé la bendición de ganar el título. Va a ser en honor a ellos. Quiero salir a la cancha con la camiseta del Chapecoense puesta, y luego dejármela debajo de la del América”.

El título no generará ruido: “No creo que algún equipo que gane un título, tenga motivos para festejar, porque se nos fueron hermanos, porque todos los futbolistas lo somos, compartimos más entre nosotros que con nuestras familias”.