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PHILADELPHIA 76ERS

"Necesitamos a alguien como en Embiid en Philadelphia"

La ciudad del Amor Fraternal está entregada a su nuevo ídolo, un pívot camerunés que representa todo lo bueno y lo malo del conocido 'The Process'.

Joel Embiid, ante Cleveland Cavaliers.
Mitchell LeffAFP

9:06 del último cuarto, Joel Embiid se sitúa en la línea de tiros libres y la grada estalla: "¡Trust the process! ¡Trust the process! (¡"Confiar en el proceso! ¡Confiar en el proceso!)", canta, mientras el camerunés hace pleno. Los Sixers cayeron en ese partido ante Cleveland Cavaliers. Como en tantos otros durante esta temporada y la anterior y la anterior, pero con una sensación diferente en el ambiente porque hay un ídolo. Alguien que da esperanzas e ilusión a una ciudad que inicia el despertar de aquel terrible Proceso de Sam Hinkie que les obsequió con un desmoralizante balance de 47-205 (18,7%) desde 2013 hasta abril de 2016, con 133 operaciones (165 si sumamos las idas y venidas desde el filial de la D-League), 16 en los tres draft en los que ha estado presente.

"Creo que necesitábamos algo así en esta ciudad", expresó Brett Brown, entrenador de los Sixers, a la ESPN sobre el efecto Embiid tanto en el equipo como en el aficionado. El compañero de Sergio Rodríguez está camino de convertirse en el mejor rookie de esta campaña con tres años de retraso debido a que una lesión en el pie (y posterior recaída) le retrasara el debut en la NBA. El africano fue seleccionado como número tres del draft por detrás de Andrew Wiggins (elegido por Cavaliers) y Jabari Parker (Bucks), convirtiéndose en la imagen de la política de Hinkie: todo el mundo sabía que no iba a jugar durante un largo periodo de tiempo, pero no importó. Se le consideraba el mejor y debía acabar en Philadelphia. No había nada más que hablar.

Ese motivo, esa insistencia en creer en él, hicieron de Embiid un fundamentalista de los preceptos de Hinkie. "PROCESSING.......................", se lee en la descripción de su cuenta de Twitter en la que con cierta periodicidad vuelve a recordar la mágica frase.

Pero no sólo esa insistencia en el dogma y su increíble nivel de juego con poco más de 20 minutos restringidos para cuidar el pie le han hecho único, sino también su humor, su forma de afrontar la vida tanto dentro como fuera de la cancha.

El novato de tercer año ha sacado de quicio a Richard Jefferson.

Le ha puesto algo de humor a elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

No ha dudado en mostrar su amor por el fútbol y el Real Madrid. Aunque el equipo blanco también ha sido punto de mira de sus críticas.

"Hay una confianza en él que me encanta porque también es reflejo de su talento", continúa Brown que recuerda aquel tapón de su pupilo frente a LeBron James en el último partido que les enfrentó hasta este domingo: "¿Cuántas veces has visto a lo largo de los últimos años a alguien acosar a James en campo abierto con 2,20 metros, 124 kilos y luego hacerle un tapón y mirar a la multitud... y quiere que Filadelphia se levante y Filadelfia se levanta?". 

Y todo ello en un chico de 20 años, que estuvo cerca de dejarlo todo tras la muerte en un accidente de tráfico de su hermano pequeño, que lanzaba mensajes amorosos adolescentes a Rihanna y se pasaba las noches de su inactividad jugando al FIFA y al Madden. "De verdad siento que yo soy el 'Proceso'" , afirma el nuevo chico de oro de Filadelfia.