Vanemerak: "Millos-Nacional, perder es llorar, ganar es festejar"
Los clásicos de los 80 entre Millonarios y Nacional, tenían para los azules dos cabezas visibles, Mario Vanemerak y Eduardo Pimentel. Calentaban a los hinchas con anticipación.
Este domingo por la llave A, Millonarios y Nacional juegan en el Campín el partido de ida de los cuartos de final, por eso en AS Colombia quisimos revivir algo de esa pasión y rivalidad de los clásicos de los 80, conversando con uno de sus protagonistas, Mario Alberto Vanemerak.
¿Qué siente cuando le hablan de un partido Millonarios- Nacional?
“Cuando te nombran ese partido te aceleras, te motivas, siempre quieres dar una milla extra, por lo que significa este partido, que es especial no sólo para los jugadores, los dirigentes, los hinchas; son partidos que los tienes que ganar por lo que significan, por esa rivalidad que hay entre Millonarios y Nacional, que desde el año 87 empezó y más como está ahora Nacional, le quieres ganar al mejor”.
¿Eran más bravos los partidos en su época que ahora no?
“Si eran más bravos porque en los dos lados había más sentido de pertenencia, estaban identificados mucho los jugadores con los Clubes, obviamente los jugadores duraban más años con los equipos, era muy difícil que uno cambiara de equipo, por lo que se creaba un cariño por los colores y la camiseta y se defendía a muerte; en ese tiempo no era por plata, no había nada solo era el prestigio y el orgullo”.
¿Qué partidos Millonarios –Nacional recuerda?
“Tenemos muchos, por ejemplo hay uno que ganamos 3-1 en Medellín de Copa Libertadores, después tenemos uno que Nacional lo empata en el 88 sobre la hora 2 a 2 y pensamos que se nos iba el campeonato y después lo remontamos, el famoso de Copa Libertadores y el penal de Hernán Silva que no pita, siempre con Nacional fueron partidos muy buenos, tenían jugadores y entrenador muy buenos¸ nosotros también, cuando íbamos a Medellín era difícil ganar y cuando ellos venían también era difícil que nos ganaran, eran épocas muy buenas, se vio un muy buen fútbol en Colombia, sin ninguna duda eran partidos que el jugador los esperaba con mucha pasión”.
¿Recuerda esos odios que se crearon, a usted también la tribuna le gritaba como a Eduardo Pimentel?
“Lo que pasaba era que tanto Eduardo como yo éramos los que siempre prendíamos la mecha, los que siempre hablábamos entre semana, calentábamos el ambiente, calentábamos la tribuna, como ellos lo hacían con sus jugadores también, porque Alexis García era experto en eso, estaba Leonel Álvarez, Ricardo ‘Chicho’ Pérez, nosotros esos partidos ya los íbamos preparando desde que se sabía que era el domingo con ellos, ya sabíamos qué era ir a Medellín, del aeropuerto al hotel y no más , no se podía dar papaya, porque era una rivalidad a muerte, perder era llorar y ganar era festejar, así de clarito porque de esa forma se sentían estos partidos”.
¿Cómo era lo que pasaba con Eduardo Pimentel en Medellín, cuando pisaba el Atanasio?
“A Eduardo le sacaron una bandera con el HP #4, el relator no lo nombraba por el nombre o el apellido, sino que le decían el número 4, pero eso era más motivante para Eduardo porque él era un jugador de un temperamento fuerte y a él le gustaba porque se agrandaba mucho más, porque Eduardo no tenía problema en ir a machucar a Alexis García que era el capitán, nosotros jugábamos al contragolpe porque sabíamos que teníamos un arma mortal que era Arnoldo Iguarán, el pájaro Juárez, Rubén Darío Hernández o la ‘Gambeta’; todos se acordaran del gol que les hizo allá en el 88, cuando se llevó la pelota en la cabeza 30 metros y les hace un golazo”.
¿Por qué se ha perdido la pasión de esa manera?
“Se ha perdido eso, quizás porque hoy en día los jugadores van a jugar por lo que representa Nacional actualmente, pero no saben la historia pasada de lo que se vivía entre Millonarios y Nacional, pero la gente sí, ellos no se olvida porque estoy seguro que si vamos a buscar una boleta para el domingo ya no la vas a encontrar, porque a la gente le gustan esos partidos y como dije Nacional hoy por hoy es el mejor de América, es el campeón y quieres ganarle más que nunca, entonces esos son los partidos que los jugadores deben interpretar para ganar y darle una satisfacción a la hinchada, porque yo estoy seguro que ganándole a Nacional vas a ser campeón nuevamente”.
¿Esos odios o se toleraron o se cambiaron, ya se quieren o qué paso que eso ya no se ve hoy en día?
“Nosotros en ese entonces era así a muerte, uno no se saludaba con ninguno y era porque yo no lo sentía, después con el tiempo, cuando uno dejo de jugar y entrenar, obviamente yo me los encuentro y hay un respeto muy agradable de los jugadores de Nacional hacia ni y de mi persona hacia ellos, ese respeto futbolístico, ese respeto de caballeros en la cancha, porque ahí nos pegábamos, pero había que aguantársela nadie reaccionaba o te amenazaba, eso moría en la cancha, por eso digo que esos partidos eran de hombres verracos, metíamos, nos pegábamos, nos insultábamos, terminaba y ahí acababa, pero era el defender esa camiseta, esos colores que uno quiere que son los azules no”.
¿Y qué cambio qué ya no se vive así?
“Porque ahora el jugador está pendiente de otras cosas, sabe que va a jugar un partido especial pero no esta tan pendiente, vos sabes que cuando salíamos de Bogotá nosotros ya sabíamos que desde el avión íbamos peleando, porque siempre había un hincha de Nacional que te provocaba y uno no se la aguantaba, pero era esa tensión de decir voy a jugar allá, voy a ganar, porque yo tengo que ser mejor que ellos y ellos pensaban lo mismo, ese picante que tiene el jugador por dentro, porque nosotros esos partidos no lo tomábamos de igual manera, eran especiales; si el presidente nos ofrecía premio especial no nos interesa la plata, porque sabíamos que si perdíamos era un dolor que duraba bastante y si ganábamos era una gran satisfacción”.
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