El derbi se despide del Vicente Calderón con solemnidad
Lucas Vázquez le puede quitar el sitio a un Benzema en recuperación (20:45, C+ Partidazo). Gameiro, castigado por el virus FIFA, puede ser relevado por Torres.
A finales de los cincuenta, el Metropolitano se le había quedado pequeño al Atlético. Así que el club lanzó en 1958 una emisión de deuda en forma de obligaciones, cubierta en su gran mayoría por los socios, para abordar la construcción de nuevo estadio. Tres años después, su presidente, Javier Barroso, adquirió 35.000 metros cuadrados junto al río Manzanares y se iniciaron las obras del nuevo recinto, rebautizado en 1971 como Vicente Calderón, para reconocer al continuador del proyecto de Barroso. Fue inaugurado en 1966 y en abril de 1967 se jugó el primer derbi. Acabó con empate a dos, con goles de Cardona y Adelardo para el Atlético y Amancio y Veloso para el Madrid, que sería campeón.
Hoy se juega el 66º, el último si no lo impiden la Copa y la Champions, al que los dos vecinos, muy cerca de sus máximos históricos, esperan otorgar solemnidad (sigue el partido en directo en AS.com). El Madrid, al igual que hace 49 años, llega como campeón de Europa. El Atlético, como subcampeón, lo que da dimensión planetaria a un duelo que en Madrid se jugará en el campo, en la oficina, en el patio de vecinos, en la clase de pilates y en el aperitivo del domingo.
Una derrota ante el Atlético en el Bernabéu el curso pasado cambió la perspectiva de Zidane. “Tuvimos que correr más, que meter la pierna...”, dijo entonces. Y para lo uno y para lo otro puso a Casemiro. Ganó luego todo lo que restaba de Liga aunque no le dio para ser campeón. Hoy anda en un dilema parecido. Con Ramos, pero sin Kroos, el mejor pasador y el mejor asistente de la Liga, y sin Casemiro, cinturón de seguridad, duda sobre Benzema, que sale de una lesión. “Van a cambiar jugadores pero no va a cambiar la idea”, se le escapó ayer, indicio de que Lucas Vázquez, cuarto centrocampista potencial, le quitará el sitio al francés, con el beneplácito de la afición, mayoritariamente inclinada en favor del gallego según una encuesta de AS.com. De darse el caso, Cristiano viajará a la posición de nueve. El portugués anda insólitamente alejado del gol: necesita casi de diez disparos para marcar en esta Liga. A Griezmann le bastan poco más de cuatro.
Torres o Gameiro
El Atlético, sin bajas cruciales, ofrecerá un formato clásico, quizá con los que perdieron en Anoeta. Otra cosa es cómo se repartan en el campo. Saúl o Koke pueden acabar en la derecha. O jugar los dos en el centro, con Griezmann, recuperado, vencido a un costado. Incluso en las últimas horas han aparecido indicios de que Torres puede relevar a Gameiro, castigado por las dos jornadas FIFA. De su lado estarán el público, la fiereza, la historia reciente (ni Ancelotti, ni Benítez, ni Zidane le han ganado a Simeone en Liga) y la debilidad defensiva del Madrid (sólo tres partidos de 16 sin encajar goles). En su contra juegan la necesidad (quedará a nueve puntos de Madrid si pierde) y la jerarquía de un vecino que dispara más a puerta, da más pases y tiene más posesión.
Sirvan como guía del partido hechos relevantes como que el Atlético ataca más por las bandas y lanza más desde fuera del área y que el Madrid concentra mejor su fuego por el centro, es superior en la estrategia y gana más duelos aéreos. Pero no hay peor partido que un derbi para presumir de aritmética.
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