“Nunca había visto tanta comida”. Aturdido por las balas, esquivando la muerte, viendo caer a sus cercanos, el fútbol fue el respiro para Juan Camilo Vela Ospina (18 de febrero de 1993), la válvula para escapar de la violencia rutinaria en Siloé , su barrio de crianza, del que siente orgullo. Es un sobreviviente. “Estuve como peladito loco, metido en las bandas, veía cómo mataban y robaban. Soy el único de mis amigos que salió adelante. Unos están muertos, otros andan en la calle, otros están en la cárcel...”, revela el creativo del Universitario de Popayán. Su nombre generó revuelo en la presente semana, sentó un precedente, se enfrentó a su jefe, Hernando Ángel Montaño, luego de que expuso públicamente sobre un supuesto soborno que el jugador habría recibido de alguien del América. Tenía 17 años y confiesa que se sentía, “un niño con suerte, una persona bendecida”. El don divino de saber hamacar la pelota en sus pies y coordinarlos con su mente, lo ubicaron en el Deportes Quindío. Pasó de vender agua y tomate en las calles a compartir con jugadores grandes como Léider Preciado, Elkin Murillo, Carlos Rodas y Alex Mejía . Las escasas prácticas con los entonces dirigidos por el ‘Pecoso’ Castro fueron suficientes para que el técnico manizaleño le concediera la oportunidad de hacer subir el telón. Debutó en el Finalización de 2010. “Llegué al Quindío con unos guayos Tony II y estaban rotos. Sentía que era una oportunidad para mí. Yo entrenaba con el número 28 y Alex Mejía y Elkin Murillo antes del debut me dijeron, ‘Magia, póngase el 10’. El día del debut no tenía guayos y Mejía me regaló dos pares. Vivo agradecido con él, me ayudó mucho”, reconoce Vela del mediocampista barranquillero del León mexicano y mundialista con la Selección Colombia. Fue cuando Vela vio por primera vez la abundancia. “Disfrutaba las concentraciones, nunca había visto tanta comida y tan rica” , reconoce con la sinceridad con la expresa que la indisciplina del pasado le han hecho más largo el camino para ubicarse en la meseta como profesional. Ha transitado entre el Quindío, Jaguares y Universitario de Popayán, equipo al que tiene previsto renunciar formalmente el próximo martes, luego de expresárselo cara a cara al mandamás del club, Hernando Ángel Montaño. Tras la polvareda que se formó el pasado miércoles luego de que Ángel Montaño expresara que Vela le había comentado a un compañero del Universitario de Popayán que un integrante del América lo había llamado a ofrecerle $50 millones si el equipo payanés le ganaba al Quindío, el jugador se vio con el dueño del club, no tuvo temor y se descargó. Luego habló con AS Colombia. ¿Le dijo a Hernando Ángel que el martes le presenta la carta de renuncia? “Sí, se lo dije en la cara, con mucho respeto. Siento que no estuvo bien lo que dijo. Seguramente él tiene su forma de ver las cosas, pero eso no lo permito. Dios proveerá. Siempre que uno obra bien, las bendiciones llegan”. Es poco usual que un jugador encare al señor Hernando Ángel… “Hace algunos años cuando incurría en actos de indisciplina, no hubiera podido hablar, ahora lo puedo hacer mirando a los ojos a cualquier persona y me siento feliz de la persona que soy. He tenido muchos errores, pero soy de buen corazón y no me gusta que pisoteen las personas, así alguien tenga más dinero que el otro. Hice lo correcto, salir a defenderme y a mi familia”. ¿Sintió temor cuando escuchó las declaraciones del señor Ángel? “No, no, no. Sentí rabia, enojo, incomodidad, porque una persona puede dejarlo a uno por el piso, sin piedad”. ¿Cree que su posición frente al señor Ángel le puede perjudicar su carrera futbolística? “No. Las personas que han estado cerca de mí saben cómo soy, me encanta que mis compañeros estén bien y siempre les digo que somos jugadores profesionales y no se pueden dejar tratar como peladitos. No siento temor, sé que Dios va a hacer sus cosas de la mejor manera. El día de mañana seguramente habrá muchas más opciones”. ¿Se viven muchas vicisitudes en el Popayán? “Uno sabe dónde está. Sabemos que hay dificultades, como en cualquier equipo, no estamos en el Nacional. Solo que los jugadores siempre tienen que estar bien, económica y anímicamente y eso está más desde la cabeza que desde la parte física”. ¿De qué equipo ha sido hincha? “En un comienzo, le pedía a mi papá que me llevara al estadio para ver a mi ídolo, Giovanni Hernández, no iba a ver jugar al Cali, lo iba a ver a él. Y me gustaba mucho el América”. ¿Anhela jugar en el América? “Claro, siempre lo he dicho, qué rico poder jugar en un equipo tan grande, con tanta historia, y hacer parte de ella”. ¿Cuál equipo cree que va a ascender en el cuadrangular B? “Está difícil, la fecha de este domingo es muy importante para Quindío y para América. Si América quiere ascender tiene que sacar un buen resultado y también tiene que hacer la diferencia en el último partido frente al Quindío. Que ascienda el mejor. Todo mundo quiere que ascienda América, por historia, sería muy rico, un equipo tan grande le da un gran plus al fútbol colombiano”.