España deja pasar la oportunidad, empata ante Austria
Se adelantó con un gol de Deulofeu de penalti tras un buen primer tiempo, pero bajó en el segundo. Un autogol de Jonny provocó el empate.
El camino a la Eurocopa sigue deparando curvas peligrosas para una Sub-21 a la que le falta dar el golpe de autoridad definitivo. No lo pudo dar tampoco en Austria, en la ida de la repesca, donde se le vio superior y confortable con el tanto a favor cuando el partido no invitaba a ello. El segundo tiempo fue el mejor reflejo. El empate austriaco retrasa el desenlace al martes, cuando se juegue la repesca en Albacete.
España quiso cocinar el partido a fuego lento, como le toca siempre ante rivales con espíritu defensivo pero con más motivo esta vez al tratarse de la ida de una eliminatoria. Tampoco acompañaban a lo contrario el clima y el clímax, pues se jugó en un estadio semivacío impropio de una eliminatoria de cierta envergadura. Celades apostó por Williams como tuneladora arriba y al del Athletic le costó ser productivo, casi echando de menos los espacios por los que correr. En uno de ellos se encontró mano a mano con Bachmann, pero salvó rápido el meta austriaco. No hubo más.
En un escenario tan fantasmagórico, no existió mucho peligro tampoco para Kepa. Lo que más podía preocupar a La Rojita era un ritmo bajo de partido que acabara por hacerle sestear. Por momentos ocurrió, pese a acercamientos como uno de Saúl que peinó en una falta botada por Denis Suárez. Sin embargo, cuando la persiana del primer tiempo iba a bajarse, un balón largo de Óliver a Deulofeu lo transformó el extremo del Everton en petróleo. Encaró, forzó el penalti de Schoissengeyer y él mismo marcó para tranquilidad de España y gloria suya, pues, además de igualar el récord de partidos, se convirtió en máximo goleador histórico de la Sub-21 en solitario con 16 goles.
Lo tenía todo La Rojita para encauzar la eliminatoria, pero, por verse quizá antes de tiempo con los deberes hechos y también por la mejoría austriaca, el encuentro mudó en otro más físico y escurridizo, uno que convenía claramente a los locales. El técnico de Austria colocó a dos delanteros y de repente con su maniobra metió el miedo en el cuerpo de España. Ya antes del empate había sufrido el conjunto español, incapaz de sujetar a un rival que le sometió a un incómodo cuerpo a cuerpo. Así, un centro de Vydra desde la derecha lo empujó Jonny sin querer en su portería, la manera más cruel de reconocer el mayor empuje local.
De repente a España se vio envuelto en un barrizal que no le convenía, con llegadas de Austria continuadas y apenas opción de responder. Celades quiso cerrar el partido metiendo a Marcos Llorente por Asensio y adelantó a Deulofeu para dejar por la derecha a Munir. Pudo encontrar el premio en un remate de Denis que casi caza el delantero valencianista, aunque para entonces el empate ya era un botín valorado. Nadie dijo que superar la repesca fuera fácil. Y menos haciendo un segundo tiempo tan discreto y en unas condiciones tan adversas a las que gustan a La Rojita.