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El Atlético ataca más y mejor

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Una de las novedades agradables de este campeonato es el juego del Atlético, más abierto, brillante y profundo. En otro lugar de este periódico tienen los datos comparativos: más llegadas, más remates, más goles marcados que el curso anterior por estas fechas. Diez partidos de Liga son sólo un muestreo, pero no despreciable. Y junto a eso está la pura perfección del aficionado, que respira más feliz viendo a su equipo con tanta variedad ofensiva. Aquel cliché de la falta bien tocadita por Koke para el cabezazo de Godín empieza a parecer vieja. Ahora la clave la tienen Griezmann, Carrasco, Gameiro... Y se llega al gol de muchas maneras.

Y lo curioso es que lo ha hecho sin ceder seguridad atrás. En cierto modo, se puede decir que Simeone ha resuelto el gran dilema del fútbol, el de la manta corta, que Tim expresó con sencillez hace muchos años: “El fútbol es una manta corta: si te tapas los pies, te descubres la cabeza, si te cubres la cabeza, te descubres los pies”. Bueno, pues Simeone ha estirado la manta. Hace ya un año que ha ido incorporando jugadores con ‘mejor pie’, pero todos ellos han pasado su ‘mili’ de adaptación al sistema colectivo, ese que da garantías atrás. Al final se han ido quedando los que lo han conseguido. Los que no, han salido.

Claro, que hay una razón a añadir: el Atlético tiene ahora más dinero, gracias a sus buenas campañas en la Champions y a la mejora de los derechos de televisión. Ya no vive de ‘falcaos y courtoises’ que pasaban por el club como por una granja de engorde. Ya no tiene que vender cada año para sostenerse. Ahora puede mejorar a los Koke, Griezmann, Carrasco o quienes sean. Los jugadores buenos cuestan dinero. Un entrenador que los armonice y enseñe a jugar con sacrificio, también. Todo eso tiene ahora el Atlético, por eso ataca más y mejor, hace más goles y divierte más. Aunque a Simeone, a saber por qué, no le gusta que se lo comenten.