Tiempo sin verte
Así podría decirse de Millonarios. Llevaba un mes sin participar en el torneo, porque este campeonato se mantiene "patas arriba". Unos tienen más partidos, a otros les falta y sólo en la última fecha estará al día la tabla de posiciones. A Millos sus hinchas tampoco lo pudieron acompañar al estadio de Techo, pero así y todo, goleó 4-1 al líder Envigado.
La historia de este juego dice que hace más de 7 años, Envigado no le gana a Millos en Bogotá. Y se mantuvo esa tendencia. Porque Envigado, tal vez por ser puntero, actuó con tal tranquilidad, despreocupado del trámite del partido, haciendo circular la pelota, exhibiendo de cierta manera buen manejo del balón, aunque sin contundencia, ni aproximaciones al arco de Vikonis. Una salvada del arquero cuando ya estaba más que definido el partido y el golazo de tiro libre de Brayan Rovira, fueron las solitarias apariciones con peligro del visitante.
El Millonarios de Cocca, enseñó estas novedades. La línea defensiva tuvo alteraciones por la ausencia de Ochoa, Henao, habituales titulares. Robayo por pasajes del segundo tiempo, se alineó como zaguero central, dando salida y control al equipo. El que no aportó mayor cosa fue Silva, retirado después por lesión. Me parece que Henry Rojas estuvo más moderado, sereno y regaló un golazo de tiro libre con zurda y un pase gol a la salida de un giro de esquina, que representó el cuarto gol de Franco. Además maneja con buen sentido el pelotazo con zurda hacia la derecha, donde es de suponer que Maxi Nuñez lo aprovecharía.
Curiosamente los dos delanteros, Del Valle y Enzo, se apuntaron con un gol cada uno, sin que participaran mucho en el juego de conjunto. Goles, que sin embargo representan puntos y Millos esta en esa zona fluctuante para entrar y salir. Por eso en los choques que faltan los azules tienen opción de clasificar.
El estilo de juego mostrado, resultó muy diferente al de Envigado. Cuando existe contundencia en el marcador, los reparos resultan desapercibidos.
El juez que no aprende y ahora con asistente de línea, tipo sargento, no quedaba contento si no echaba a uno de los azules, para neutralizar la protesta de Envigado, por la roja a su arquero Martínez. Volvemos al mismo punto. La palabra de los árbitros contra la de los jugadores. Y la Comisión arbitral, haciendo política y disfrutando de las mieles del puesto.