Santa Fe toca fondo, momento de decisiones y foco en la liga
El Santa Fe campeón, acostumbrado a ser protagonista, tocó fondo. Sus recientes eliminaciones, con goleadas incluidas, ante Cerro Porteño y Nacional, en Copa Sudamericana y Copa Águila, son el resultado de una cadena de errores, que tarde o temprano iba a romperse. No es solo el resultado, porque al fin y al cabo triunfar siempre es imposible, es el juego y el cómo el equipo perdió jerarquía.
Es el rendimiento más bajo de la escuadra bogotana en los últimos años. Desde el 2013 no recibía cuatro goles y en menos de 20 días, en dos instancias definitivas, le marcaron de a cuatro. Santa Fe pasó de tener la mejor defensa de América, a ser un manojo de nervios en el fondo.
Nadie acierta en todo, menos en un campo como el fútbol, en donde el éxito, medido en los resultados, casi siempre queda reservado para un solo equipo. Santa Fe cometió errores, desde sus jugadores hasta el presidente César Pastrana, como él mismo lo ha aceptado (en el caso de las contrataciones). Pero hay personas que por sus logros tienen un saldo a favor, la oportunidad de caer para volver a levantarse. No hay que olvidar que hace menos 10 meses el mismo presidente ganó un título continental.
Lo importante ahora, más que señalar los errores, es aprender de ellos. Al interior de Santa Fe se deben sacar conclusiones de la temporada que, no sobra recordarlo, todavía está en curso, el equipo se encuentra en zona de clasificación en el séptimo puesto y ganar la Liga sería la gran salvación, aunque eso no ocultaría los deslices que se cometieron en el plano internacional.
Renovación de la nómina
El primer punto es reforzarse mejor, especialmente para los retos internacionales. Eso debe quedar como enseñanza. Y no debe entenderse necesariamente como traer súper figuras, sino administrar mejor los recursos, es preferible apostarle a traer tres jugadores de primer nivel, que traer 11 futbolistas irregulares. Escoger mejor y reemplazar bien a los ausentes, lo cual no sucedió con Mina y Seijas, por ejemplo. Al primero se le trajo un reemplazo como Salaberry, que se ha mostrado limitado, y al segundo ni siquiera se le buscó un recambio.
Lo anterior también va relacionado con las divisiones inferiores. El gran acierto para que Santa Fe volviera a ser campeón tras 37 años y figurar a nivel internacional, fue mantener una base formada dentro de la casa. Esto no se consigue de la noche a la mañana, claro está, pero de a poco se le puede abrir espacios a los juveniles, en lugar de contratar a jugadores que van a ser suplentes de los suplentes (caso Joao Rodríguez).
Decisiones que condicionan
También debe quedar la experiencia de que las decisiones deben tomarse en los momentos justos. No hay duda que Omar Pérez es una leyenda en el León, pero es humano y este año se equivocó, cortó un proceso por sus diferencias con Pelusso. Omar, en su condición de líder, tenía todo el derecho en estar en desacuerdo con en el entrenador, pero hay momentos propicios para hacerlo y claramente en plena competencia no era lo ideal.
Algo similar pasó con Alexis García. Pastrana se la jugó y apostó por él, pero la situación pintó mal desde el inicio. Sin embargo, lo que realmente perjudicó al equipo fue mantener al DT para la segunda parte del año y sacarlo un mes después, una acción que condicionó lo que quedaba de temporada. Tal cual como sucedió en el primer semestre, un técnico asumió la responsabilidad con un equipo que no armó y que venía con otra huella de trabajo.
Seguramente, estas experiencias servirán para construir un Santa Fe mejor de cara al 2017. No hay que olvidar que la escuadra bogotana lleva 5 años en la élite del FPC. Ya supo gestionar el éxito, ahora hay que gestionar el fracaso. “Fracasar no es caer, fracasar es negarse a levantarse”, dice un Proverbio Chino.