No somos potencia
Algunos lo leen como "mediocridad", otros como temor o miedo sin sentido, pero la realidad de la que tratamos de huir en el fútbol es una clara: No somos potencia. Y es que una cosa es tener buenos jugadores, generaciones que poco a poco van llegando a los grandes equipos del mundo, y otra en un abrir y cerrar de ojos, tener el mismo estatus de Brasil, Argentina o Uruguay.
Hemos progresado claro, ya es más fácil contar con las manos las derrotas que las victorias, porque estas últimas han llegado por gran cantidad en los últimos 4 años. Sin desconocer que tuvimos una etapa de gran lucidez en los 90, cuando Valderrama y compañía hicieron de nuestro fútbol, un orgullo nacional. Pero los tiempos han cambiado, y aunque los grandes siguen siendo los que ganan mundiales, Champions o libertadores, los "chicos" cada vez más acortan distancia.
La dinámica del fútbol ha cambiado, el juego bonito ya es un lujo que solo selecciones como Alemania y me cuesta encontrar otra, quizás España se dan, incluso ese equipo ha pasado por ciclones de desgaste, sin el mejor Casillas, con un Xavi al borde del retiro, sin un goleador consolidado como en su época David Villa o antes Fernando Torres, se ha visto con la necesidad de recurrir a la táctica y no tanto al estilo para sacar resultados, aun así fue eliminada rápido del mundial de Brasil, tampoco brilló en la Eurocopa, se dio el lujo de hacer historia por perder ante una selección como Georgia.
No es el único caso, Argentina acaba de perder ante Paraguay, sin Messi no sólo muestra muy poco, sino que no gana, por Argentina han pasado seis técnicos después de Pekerman: Basile, Maradona, Batista, Sabella, Martino y ahora Bauza, y curiosamente, ellos que sí han sido campeones del mundo, que sí saben lo que es una final de un mundial reciente, lo que es haber tenido a Di Stefano, a Maradona y ahora a Messi, siguen diciéndole al hoy técnico de Colombia #VolvéPekerman.
Por eso hoy podemos tranquilamente estar satisfechos con el trabajo de Colombia, una selección de altísima competencia, que consigue resultados, que incomoda a los grandes, que domina a los chicos y exige respeto ante los rivales directos. Soy un convencido que hay que corregir muchas cosas, pero cuando no se ha sido nunca un grande, tienes por naturaleza que madurar, y vamos en ese camino. Nos dolerá menos en el futuro los recambios, los baches, los traspiés. Así que adelante, celebre victorias, célebre estar en el top 5 de la FIFA, que esas cosas gratis no llegaron.