Castroviejo logra su anhelada medalla y Tony Martin arrasa
El vizcaíno, vigente campeón de Europa de la disciplina, alcanzó el bronce. Martin sumó su cuarto oro, récord empatado con Fabian Cancellara. Kiryienka terminó segundo.
Tony Martin arrolló entre las hormigoneras, el desierto y las cunetas despobladas de Doha, a 38 grados, para conquistar su cuarto Mundial de contrarreloj. Jonathan Castroviejo, vigente campeón europeo de la especialidad, alcanzó su ansiada medalla: bronce. El vizcaíno apretó en la parte final de los 40 kilómetros para sacar seis segundos al polaco Maciej Bodnar. Vasil Kiryienka, defensor del oro de 2015, debió conformarse con la plata. Aun así, un excelente resultado después de una temporada anónima.
Castroviejo se quedó a tan sólo tres segundos del bronce en Richmond 2015 (para Coppel) y a cuatro en Río 2016 (para Froome). Comenzó 2016 con una fractura de vértebra y de cúbito en el Algarve, así que en los Europeos de Plumelec se resarció de tantos sinsabores. Y este tercer puesto, su primer metal en un Mundial, le confirma como lo que es: un magnífico ciclista, uno de los mejores gregarios de la actualidad y un consumado contrarrelojista. “Se trata de un merecido y buscado premio”, aseguró en la meta. También se convirtió en el sexto español en subir al podio, tras Indurain (oro), Olano (oro y plata), Mauri (plata), Igor Galdeano (bronce) e Iván Gutiérrez (plata).
Martin ganó de forma aplastante. Como en los viejos tiempos. El alemán cambió esta campaña su posición sobre la cabra. Con una aerodinámica natural, con los brazos más tendidos, logró sus tres arcoíris de crono en 2011, 2012 y 2013. Con la postura modificada formaba un ángulo recto con los brazos, más acoplado y recogido sobre la bici. Como no funcionó como deseaba, volvió a la original: en Qatar consiguió su cuarto título mundialista, empatado con Fabian Cancellara como el más laureado de la historia en la disciplina. Aunque Martin suma tres más por equipos con el Etixx, del que se despide para fichar por el Katusha en 2017.