Wozniacki, tenista de profesión y deportista por diversión
La doble subcampeona del US Open es una mezcla entre disciplina y perseverancia.
"Me gustan el balonmano, el fútbol, la natación, tocar el piano, y toda clase de cosas diferentes", así se describió Caroline Wozniacki cuando fue interrogada acerca de sus otras pasiones, lo que le gusta más allá del tenis.
La deportista danesa posee la fuerza mental de una mujer versátil y decidida, que se le mide a lo que sea con tal de no dejarse absorber por la monotonía de sus intensos entrenamientos. Ella es capaz de darle el paso a la diversión.
Es hincha del Liverpool y el deporte es la herencia que le dio su familia. Su padre es su entrenador, su madre hizo parte del equipo nacional de voleibol en Dinamarca y su hermano es futbolista profesional.
Su carrera en el tenis comenzó a hacerse grande en 2005 luego de vencer los obstáculos de las derrotas en los torneos Junior. En ese momento decidió inspirarse en un ejemplo como Rafael Nadal a quien respeta y admira y a quien imitó para llegar a ser una campeona.
Gozarse su profesión fue lo que la llevó a ser número uno del mundo en 2010, una distinción que disfrutó de cancha en cancha durante 66 semanas y que terminó en el 2012 con la caída ante bielorrusa Victoria Azarenka.
Dentro de sus triunfos se destacan 24 títulos individuales en torneos WTA, dos campeonatos en modalidad de dobles y 4 consagraciones en el Circuito Femenino de la ITF.
La número 22 de ranking WTA es sinónimo de disciplina, belleza y carisma. También de concentración. Cualidades que la posicionan como una de las mejores tenistas y una de las mujeres más admiradas del mundo.