Retroceder, nunca rendirse
El abrazo fue de agradecimiento, camaradería, resultado de muchas horas de trabajo. Morata buscó a James tras ese gol histórico para celebrar. Era una jugada practicada. En el entrenamiento no salió bien, sí cuando el Bernabéu ardía en busca de otra noche épica. El canterano hizo tangible la rebeldía de los cambios que desacomodaron al Sporting. Los tres luchan por un lugar desde el banco haciéndole frente al prestigio y calidad de la intocable BBC. Ahí estuvo James, esperando hasta el minuto 78 por una oportunidad.
Con millones de ojos encima, James respondió con actitud y un centro perfecto prueba de que la calidad de su zurda está intacta. Desde el otro lado del océano, todos atentos a la actuación del 10 porque siempre entra con la presión del reloj en contra y la responsabilidad de demostrar. Va superando el reto: lo hizo en la final de la Supercopa de Europa, en el debut de Liga frente a la Real Sociedad y con ese robo de balón frente al Celta que terminó en el gol de la victoria.
La Champions le deja a Zidane la lección de que no hay módulos, ni nóminas infalibles. Sin embargo, tendrán que pasar muchos partidos similares para que el técnico francés cambie la apuesta. James debe seguir trabajando no solo para recuperar su lugar en el once, sino para mantener el nivel y su valor en el mercado internacional. La Selección Colombia siempre lo espera. Más importante que ganar siempre, hay que dar peleas y James lo está demostrando. Retroceder, nunca rendirse…