El homenaje que embargó de emoción a Vicente del Bosque
En París. En un acto organizado por la UEFA, en el que se pretendía ensalzar los éxitos de la primera Eurocopa con 24 equipos, la capital de Francia recibió el pasado lunes a los seleccionadores de todos los equipos nacionales, además de otros importantes técnicos de renombre en Europa. Se trataba de una jornada para reflexionar sobre las tendencias del juego y compartir las conclusiones que los técnicos obtuvieron del propio campeonato. Es una especie de balance tras la competición, hecho por entrenadores y para entrenadores.
El premio de Ferguson. El plato fuerte de la jornada llegó con una mesa redonda en la que Deschamps (Francia) Coleman (País de Gales), Lagerback (Islandia) y Vicente del Bosque analizaron y diseccionaron la competición desde dentro. Justo antes de entregar a Fernando Santos el reconocimiento que suele ser tradicional al campeón, Sir Alex Ferguson, una de las voces más reputadas del fútbol mundial, invitó a Vicente del Bosque para hacerle entrega de un álbum de fotos, con lo más granado de su trayectoria y un emotivo discurso, donde más que el nombre del exseleccionador se pronunció el nombre de España y el método del fútbol español como ejemplo de una manera de interpretar este maravilloso deporte. Del Bosque se emocionó por el reconocimiento de sus colegas.
El día a día de Zidane. Si a Simeone se le recordará por el “partido a partido”, el nuevo slogan de Zizou es el “día a día”. Lo repitió al menos tres veces ayer en su comparecencia. El francés impartió un máster magistral de optimismo vital y de saber degustar su experiencia como inquilino del banquillo blanco. Zidane se siente un privilegiado por poder entrenar con su gran plantilla, con poder contagiar a todo el madridismo esa amplia sonrisa con la que suele acabar cada respuesta en rueda de prensa. Para Zidane no se trata sólo de competir bien y ganar, se trata de intentar ser mejor y trabajar más cada día. Ésa es probablemente la mayor plenitud, sentir que cada día es un regalo y ser consciente de que, para todo, hay una fecha de caducidad. Esto puede durar seis meses, como dijo, y vistos los antecedentes o seis años, si un proyecto de entrenador es capaz de arraigar por fin en el Bernabéu.
Las caras largas. Su gestión del entorno está resultando impecable, pero llega la hora de gestionar al vestuario y a su espectacular plantilla, dejando a Isco y a Asensio fuera de la primera lista de Champions. Convivir con la incomprensión del que se siente señalado o no reconocido es la labor crítica del entrenador. La mano izquierda va a ser tan importante como la pizarra.