Colombia
Segurola inaugura Maestría de Periodismo en Bogotá
El colaborador del Diario AS pasó por la capital colombiana para abrir el postgrado de la Universidad del Rosario. Su charla tuvo como tema la seducción y excesos del fútbol.
“Es el Maradona del periodismo”. La frase de Jorge Valdano fue la que eligió Juan Carlos Irragorri, director de la Maestría de Periodismo de la Universidad del Rosario, para presentar a Santiago Segurola, colaborador del Diario AS, en la lección inaugural del curso que está por comenzar. Una definición que lo tomó con sorpresa y que devolvió con un “lo que son los amigos” con el que dio el tono cálido a la charla de periodismo y fútbol que se extendió por más de una hora.
A esa condición habría que sumarle la de romántico de la pelota. Su sentimiento amor por el Atlhetic de Bilbao lo inspira para explicar por qué el fútbol es seducción con esa anécdota con la recuerda a un goleador que lo marcó de niño y que ahora con alzheimer se reconoce con dos o tres toques a un balón que se cruza por el frente.
"El fútbol seduce porque transporta a la infancia", resume. También lamenta que es exceso por la corrupción, además del transplante de la tecnología al juego. “Me preocupa ese tema”.
Amplio en su universo de conceptos y gustos da su bendición para Marcelo Bielsa, Josep Guardiola y para Cristiano Ronaldo a quien admira porque nunca quiere ser segundo. Pero Lionel Messi, “debería ser eterno. Ha sido importante partido tras partido durante su carrera”, explica.
Y entonces aparece Hernán Peláez. En un mano a mano que profesa admiración mutua. Se reclama por el Brasil de antes, se opina de James Rodríguez y el Real Madrid, del fútbol en manos de 15 clubes del mundo, de periodismo deportivo, de redes sociales, de lo indispensable que resulta Alfredo Relaño para este oficio.
"Al público hay que entregarle buen contenido. Nuestra audiencia es crítica, no es fácil”, cierra Segurola.
La reflexión quedó instalada. Dejó una lección. Con sus palabras vale la pena creer que el fútbol es más seducción que excesos.