Iniesta se sintió vacío después del triplete de 2010 con el Barcelona
Lo reconoce en La Jugada de Mi Vida, un libro que escriben Ramón Besa (El País) y Marcos López (El Periódico): “El Andrés que todos conocen se quedó vacío por dentro”.
La Jugada de Mi Vida es el nuevo libro de Andrés Iniesta que han escrito Ramón Besa y Marcos López y que sale a la luz este lunes. Un libro que el de Fuentealbilla resume acertadamente en esta frase: “Si crees que me conoces por lo que te han contado de mí, no me conoces”. El libro es un recorrido por su carrera futbolística desde su llegada a Barcelona cuando era un crío: “Sí, parece absurdo. Pero es cierto, el peor día de mi vida lo he pasado en La Masia. Así lo sentí entonces, así lo siento ahora. Tuve una sensación de abandono, de pérdida, como si me hubiesen arrancado algo de dentro, en lo más profundo de mí. Fue un momento durísimo”.
Plagado de anécdotas, recuerda Serra Ferrer el día que lo convocó para su primer entrenamiento con la primera plantilla. Una persona especial le ayudó ya que no le reconocía para entrar en el Camp Nou ni el de seguridad---: “No se atrevía a cruzar la barrera. Antonio Calderón, el guardia de seguridad, no conocía a aquel tímido adolescente, pero tuvo suerte. Entraba Luis Enrique con su coche y le dijo: "Anda, sube. Ya te bajo yo al vestuario”.
Iniesta se desnuda y, después de pasar por episodios como el gol de Stamford Bridge, desvela un valle desconocido y algo agónico en su carrera. Curiosamente, después de ese verano del triplete azulgrana, en 2010, malos momentos. “De repente, uno empieza a encontrarse mal. No sabe por qué, pero un día está mal. Y al siguiente, también. Y así, día tras día, no mejoras. El problema es que no sabes lo que realmente está pasándote. Me hacen un montón de pruebas. Todas salen perfectas. Pero mi cuerpo y mi mente se desencuentran, se alejan. Nada produce mayor congoja que no saber las cosas que te pasan. Y más si te encuentras mal. Quizá cuando alguien lea esto piense que es una tontería. Quizá otra gente se sienta identificado con lo que cuento. Lo único que sé es que es muy angustioso (...). La bola se va haciendo cada vez más grande. Te encuentras mal y la gente que te rodea no lo entiende. Y el Andrés que todo el mundo conoce se está quedando vacío por dentro. Eso es duro, muy duro...”.
Lo que opina Messi sobre Iniesta en su libro
Muchos personajes pasan por La Jugada de Mi Vida. Estas son las opiniones de tres personas importantes en el césped para el genio de Fuentealbilla: Serra Ferrer, el técnico que le hizo bajar a su primer entrenamiento, Víctor Valdés, y Leo Messi.
Serra Ferrer: "Yo no descubrí nada. Andrés era un genio. Un fenómeno de la naturaleza como jugador y como persona. Jamás tuve ninguna duda. En su primer entrenamiento, los jugadores miraban a Andrés, no me miraban a mí. Era un fenómeno con una sencillez enorme. Quise que viniera por muchas razones, pero sobre todo para premiarlo por su comportamiento, por su liderazgo en el campo, por su actitud con los compañeros. Nunca tenía problemas con las notas ni con la asistencia al colegio. Andrés siempre estaba preparado para ir a clase. El autobús tenía que esperar a muchos, él siempre esperaba al autobús. Recuerdo que Guardiola se alegró muchísimo aquel día. También Rivaldo. Imagínate para un niño entrar en ese vestuario con tanto crack: ‘Tú, tranquilo, Andrés. ¡Haz lo que sabes! ¡Nada más! Tranquilo y disfruta del momento, ¿vale?" Luego, en el viejo campo de La Masia, asumió todo con una naturalidad increíble. Había que darle gas al balón, lo daba. Había que ir lento, pues iba lento. Nos sorprendió. Solo le faltaba dirigir al entrenador. Los jugadores miraban a Andrés, no me miraban a mí. Era un fenómeno con una sencillez enorme. Entendía el juego, se sabía de memoria la filosofía del Barcelona. No podíamos fallar. Sabíamos que con él no íbamos a fallar".
Víctor Valdés: "Mi primer contacto con Andrés acabó en un encontronazo (...) Nunca me comentó nada sobre el incidente de aquel primer día, pero estaba muy afectado. Me dije que la discusión fue culpa mía y a partir de ese momento lo acogí como si fuera un hermano pequeño. Y lo era. Lo tenía que proteger porque me había equivocado con él al inicio, tenía esa espina clavada, supe que había sufrido por mi culpa. La Masia es el secreto de todo. La clave. Todos vimos llorar a Andrés. Llorar en silencio porque uno llora cuando no lo ve nadie. Llora para que no lo descubran. El éxito de Andrés se ha forjado ahí dentro. Era una persona muy vulnerable porque no tenía a su familia. Eso lo ha convertido en una roca".
Messi: "Nos parecemos más en lo de hablar poco. Él suele estar en un rincón del vestuario y yo en el otro. Nos cruzamos, nos reconocemos, nos juntamos. Con una mirada ya sabemos. No hace falta decir nada más. En el campo me gusta tenerlo cerca, sobre todo si el partido se pone raro, duro, áspero. Entonces, le digo: ‘Acércate, vente, ponte a mi lado’ Agarra el equipo, lo maneja, me busca, me la da. Es una persona modesta y como jugador es mágico, todo lo que hace con la pelota es increíble".