Santa Fe perdió, pero tiene su identidad a salvo
Para definir esta final nadie le regaló nada. Todo vino en cadena. Ganó la octava estrella en diciembre 2014, la Superliga en enero 2015 y salió campeón de la Copa Sudamericana hace ocho meses. Una maratón de victorias para darse el lujo de disputar un título contra River Plate en el Monumental.
La derrota duele pero quedan cosas que ilusionan para lo que viene. La dinámica de Juan Daniel Roa, por ejemplo. El volante jugó buen partido en Buenos Aires. Feroz para recuperar y con criterio para acompañar en ataque. Se ganó un lugar y eso que jugó con perfil cambiado.
Kevin Salazar tuvo su bautizo de fuego internacional. Con 20 años entró en un partido caliente que por momentos lo superó. El juvenil necesita de estos partidos para fortalecer su personalidad.
Gustavo Costas demostró que tiene carácter para hacer cambios sin sonrojarse. Sacó a Omar Pérez de poca influencia en el primer tiempo.
Lo más importante es que se mantuvo el espíritu combativo. Con su identidad a salvo, hay permiso para soñar con lo que viene: La Liga, la Copa Sudamericana y la Copa Colombia.