Mario y Sonic, la cara amable de los Juegos de Río
Ambos iconos del videojuego son los abanderados de un proyecto divertido, sencillo y poco innovador, pero que no defrauda.
Entre líos de dopaje, exclusiones y problemas con las infraestructuras llegan unos Juegos de Río en el que su simulador oficial corre a cargo de Nintendo, algo que ya se ha convertido en norma en los últimos eventos de este tipo. Mario y Sonic son los elegidos como abanderados de unos Juegos mucho más lúdicos y menos polémicos que en su variante real.
La filosofía Mario y Sonic en los Juegos de Río es la misma que ha hecho triunfar a otros grandes éxitos de la Wii: apuesta por los minijuegos y por las partidas en compañía. Así Nintendo ha optado por ofrecer 14 pruebas olímpicas, cada una con su propio desarrollo y que abarcan las principales disciplinas: 100 metros, jabalina, boxeo, fútbol, gimnasia, vóley playa, natación, hípica, tiro con arco, ping-pong… incluso el Rugby 7, que debuta en esta olimpiada, estará presente.
Todas tienen en común un alto grado de diversión, sobre todo si se juega en compañía de varios jugadores (offline para cuatro) y una sencillez de manejo que hará disfrutar de ellas desde las primeras partidas. En algunas como los 100 metros se opta por el aporreamiento sistemático de botones, claro homenaje al mítico Track&Field de Konami (1983). En otras, por la habilidad y la coordinación, como es el caso de la prueba de gimnasia.
Atletas conocidos
Visualmente es un juego con gran colorido, en los que se ha recreado los principales estadios, eso sí con el estilo Nintendo, y en el que los atletas están representados por las principales figuras de la casa: Donkey Kong, Peach, Luigi, Mario… Al ser un producto licenciado habrá logos y carteles por todos los lados, una forma de imprimir cierto carácter oficial al simulador.
Además de un offline para cuatro jugadores, la modalidad ideal, hay un multijugador que permite medir nuestros progresos con jugadores de todo el mundo. La máquina tiende a buscar rivales de un nivel similar pero también se puede optar por un modo fantasma en el que se compite contra los mejores en cada disciplina.
Mario y Sonic continúa con una filosofía que ha convertido a la Wii en la máquina social por excelencia, no aporta innovaciones al arcade de minijuegos, pero tampoco defrauda a los muchos seguidores que tiene.