Ferrari es poco atractiva para los grandes ingenieros de la F1

La llegada de Sergio Marchionne a la presidencia de Ferrari parecía que iba a suponer el fin de todos los males que padecía los de Maranello. Tras un notable recuperación en 2015, donde Sebastian Vettel logró tres victorias frente a los poderosos Mercedes, 2016 suponía un punto de inflexión para el devenir de los monoplazas rojos.

Sin embargo, el paso de las carreras ha dejado patente las múltiples carencias que padece aún la Scuderia. Lagunas que se han acrecentado con la sorprendente e inesperada salida de James Allison como director técnico, a escasos meses de volcarse por completo en el importante proyecto de 2017.

Mattia Binotto fue nombrado como sustituto de Allison con una clara misión: reorganizar el organigrama de Maranello en un intento por lograr una estructura más horizontal. Una misión donde el italiano ha comenzado ya a tomar importantes.

David Sánchez ha sido nombrado nuevo jefe de aerodinámica de la Scuderia en detrimento de Dirk De Beer, quién en las últimas fechas se ha rumoreado con su salida. Una incertidumbre y la falta de continuidad en los puestos importantes, que provoca que en la actualidad, Ferrari sea poco atractiva para los grandes nombres de la Fórmula 1.

Binotto es consciente que deberá ejercer más un papel de organizador que diseñador, en una distribución de las tareas mucho más cercana a la figura que Paddy Lowe realiza en el equipo Mercedes. El ingeniero italiano posee un rango donde responde directamente al presidente, puesto que en la historia del Cavallino fue ostentado por última vez por Ross Brawn.

Aprovechando el parón veraniego, Binotto se encuentra reunido con Marchionne y Maurizio Arrivabene formando hasta 14 grupos de trabajo encabezados por un especialista de la fábrica para focalizar de la mejor manera posible el proyecto 668. Veremos sino es demasiado tarde para los intereses de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen.