Yuberjen ‘El Tremendo’, el superdotado de Chigorodó
Su técnico explicó que para hacer lo que Yuberjen hizo en estas Juegos Olímpicos se necesita tener un talento extra. Él boxeador no terminó muy feliz.
Pasó por la zona mixta directo a la sala de conferencias tratando de no llorar más. Pero no podía, sus lágrimas seguían saliendo acompañadas de una sonrisa tímida para quienes lo animaban.
No se quitó el sombrero vueltiao para contestar las preguntas de periodistas colombianos y del mundo y tampoco las vendas. Menos quiso soltar la pequeña bandera de Colombia que tenía en una de sus manos. Pero faltaba esa sensación que debe sentir todo deportista cuando gana una medalla olímpica, faltaba más emoción en sus palabras, faltaba más brillo en su mirada.
El oro le fue esquivo en su última batalla ante un boxeador que él mismo reconoció como superior y por eso su felicidad no era absoluta. Se propuso ir por esa bendita medalla y la tuvo que ver irse con otro que no era él. No se conformó con la que colgaba de su cuello que también era hermosa, color plata y brillaba, pero él quería la otra y por eso lloraba. Pero no lloró por ella porque le representaba más dinero, lloró por ella porque sabía que con ella haría sonar el himno de Colombia en el pabellón de Riocentro. Y el que sonó fue el de Uzbequistán.
Pero especialmente lloró porque tenía confianza en él. Desde el mismo día en que llegó a Río de Janeiro le dejó claro a su técnico que él iba por esa medalla dorada y pelea tras pelea lo repetía a la prensa: “yo vine a hacer historia”. Pero la hizo, lo que pasa es que él no se da cuenta que esa medalla plateada lo pone en el lugar más alto del boxeo colombiano, que con ella tumbó esos nombres que fueron venerados por más de 28 años en el altar del pugilismo del país.
No se da cuenta que con esa medalla suma una más a la marca que se quiere superar de ocho preseas y lo mejor, no se da cuenta que con esa medalla, los que vienen detrás de él, de los que siempre se acuerda porque hace ocho días era uno de ellos, van a ser vistos de forma diferente.
Para unos Juegos Olímpicos un boxeador tiene que hacer por lo menos 35 peleas de preparación, en estas peleas debe enfrentar a pugilistas de todo el mundo. No solo para llegar bien preparado sino para conocer a sus oponentes, ver cómo se comportan en el ring.
Yuber solo tuvo 4 peleas de preparación antes de las justas. Por eso su entrenador Rafael Iznaga cree que es un superdotado y que “se le debe hacer reverencia”. A pesar del poco apoyo era uno de los opcionados para llevarse una medalla en boxeo, Iznaga lo tenía claro, aunque la primera era Ingrit Valencia, así que seguro habrá otra medalla en ese equipo.
Aunque no le preocupa el dinero para comprarle la casa a su mamá, ya el Ministerio de Vivienda prometió que le daría una. No sabe si le van a cumplir o no, pero agradeció y también pidió perdón a su familia y a Colombia por no haber ganado la medalla de oro. Todavía no sabe lo que hizo y mucho mejor, porque así seguirá soñando con la de oro para quedarse con ella en Tokio 2020.