“En un momento del combate entré desesperado”, Yuberjen Martínez confiesa que la pelea ante el cubano con el que clasificó a la final de los 46 a 49 kilogramos , por poco se le va de las manos. También lo dice su técnico, Rafael Iznaga.
“Nos planteamos una estrategia y no salió como pensábamos, el cubano salió escurridizo y descontroló a Yuber, lo estaba haciendo lucir mal. El primer round fue muy cerrado y pensamos que lo habíamos perdido , no tenía la frecuencia de boxeo que lo caracteriza”, explicó.
Yuber ganó ese primer round y aunque dentro del ring no la pasaba bien, Colombia y su familia celebraban que una parte de la pelea ya estaba ganada. Lo mejor fue que los entrenadores se dieron cuenta y hablaron con el boxeador en la esquina.
“Quería salir a ganarle y por eso estaba así como acelerado . Pero Dios le dio inteligencia a los técnicos que me dijeron que me calmara, que supiera llevar la pelea y luego logré acomodarme mucho mejor y logré sacar la ventaja”, dijo el deportista que ya tiene colgada una medalla de plata en su pecho, pero va por la de oro.
La pelea contra Joahnys Argilagos ya es historia. Ahora viene la pelea final contra el uzbeco Hasanboy Dusmatov quien no ha perdido ningún round en los Juegos Olímpicos, “no lo conozco pero hemos visto sus videos para analizar y siempre lo he dicho, estoy aquí para hacer historia, eso es lo que he creído en eso y eso me tiene aquí , lo que sí sé es que hay que ganarle con inteligencia”, confirmó.
En la concentración del equipo de boxeo hay felicidad. Con la medalla de Yuber asegurada y con la boxeadora Ingrit Valencia en competencia, la participación de este deporte es histórica para Colombia en los Olímpicos , “siempre he soñado en grande, estoy confiado en el que final será muy feliz porque tenemos madera para ello”, dijo Yuberjen.
“Yo en estos momentos no soy cubano, sí, nací en Cuba pero me siento colombiano ciento por ciento y acá quiero ganarle a todos, sean cubanos o no, quiero ganarle a todos”, confesó Iznaga.
Yuber ha repasado su vida una y otra vez, desde su niñez, cuando su papá le prohibió el boxeo pero su mamá lo defendió, los momentos de tristeza y dificultad, los momentos en que rendirse era lo mejor pero regresar seguía siendo una opción y los días en los que los olímpicos comenzaron a ser un anhelo que se veía lejos pero siempre alcanzable. Pero esta medalla, el color que sea, sin duda la dividirá en un antes y un después. Aunque el después también estará lleno de triunfos y alegría para la familia Martínez Rivas.