Phelps amplía su leyenda: cuarto oro y ya tiene 22 en Olímpicos
Tras ganar en Río en 200 mariposa y en dos relevos, el americano volvió a ganar en los 200 estilos. Ya suma 26 medallas en sus participaciones en unas Olimpiadas.
En la piscina de calentamiento, Michael Phelps y Ryan Lochte saboreaban unos spaguettis con tomate en la bañera de contrastes. “Una última vez. 12 años”, escribía en su cuenta de twitter el de Nueva York. Ambos, amigos, rivales, dos nadadores que han escrito grandes páginas en los Juegos (Lochte suma 12 medallas olímpicas) se batirían una hora y media después en duelo en unos 200 estilos que consagraron nuevamente a Phelps como el único nadador de la historia que ha ganado una misma prueba en cuatro Juegos consecutivos. Levantó esos dedos de su mano izquierda cuando tocó la pared, con su medalla número 26, la 22 de oro. Si Phelps fuera un país en sí mismo, sería el tercero en el podio de la natación olímpica, solo superado por Estados Unidos y Australia.
Instantes antes de esa emocionante carrera, Lochte sonreía de pie mientras Phelps se mantenía sentado, en su posición fija de púgil, fiel a su ritual para un hombre tan genuino como maniático. No estaba para bromas ya el de Baltimore, quien se transforma cuando tiene delante una piscina. Ambos rivalizaron los primeros 100 metros. En las postas de mariposa y espalda, la especialidad de uno y de otro, Lochte tocó primero con un tiempo de 53.44, por 53.45 de Phelps. Tras el viraje, el pupilo de Bob Bowman se distanció pese al empuje del brasileño Thiago Pereira, finalmente séptimo, espoleado por los espectadores. Tocó primero, destacado, después de nadar una magnífica braza y se fue directo a su cuarto oro en estos Juegos, con un tiempo del Phelps de la mejor época (1:54.66). El récord del mundo es de 1:54.00 y en los Juegos de Pekín 2008, cuando disfrutó de su mejor momento de forma y consiguió ocho oros, registró 1:54.23.
Los últimos 100 metros de Phelps demuestran su estado de forma. Después de marcar el segundo mejor parcial en la mariposa y la espalda, el tercero en la braza, fue el más rápido con un tiempo de 27.70 al final de la prueba. Insuperable Phelps, que va camino de lograr seis oros en los Juegos de su despedida. Este viernes tiene la final de los 100 mariposa, prueba que controló con suficiencia apenas 40 minutos después de ganar el 200 estilos y marcó unos 51.58 que le valieron para pasar a la final. Se bajó del podio, todavía emocionado, y se fue a la cámara de sálida. De prisa y corriendo, como en Pekín 2008, o más bien nadando, lo que sabe hacer mejor que nadie.