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Sin duda alguna, el triunfo sobre Nigeria de la Selección Olímpica, resultó el mejor partido ofrecido por este grupo, donde Teo Gutiérrez, marca la diferencia. Porque sabe jugar y eso va de la mano de hacer la pausa, repartir juego y definir cuando tiene la ocasión. Su gol tempranero, alivió la presión que sentía el equipo y con más orden, funcionó en la zona de salida con Roa y el apoyo de Dorlan, quien se asoció mejor con sus compañeros. Curiosamente no pudo aprovechar su fuerte remate en dos tiros libres, aunque sentenció como corresponde al ejecutar la pena máxima.

La Selección ya instalada en la siguiente fase, parece haber encontrado funcionamiento en defensa y salida clara para adelante. Preciado tuvo dos oportunidades, sin poder localizar el arco contrario, pero estuvo ahí donde se necesita.

Los rivales solo en la inicial dispusieron de una opción. Después no pudieron penetrar delante de la zaga colombiana, que se notó reforzada para el tramo final del partido. Fue oportuno el ingreso de Lerma y Sebastián Pérez, pensando en el siguiente compromiso, pues estará suspendido Kevin Balanta.

Todavía sigo mirando con desconfianza el accionar de Cristian Bonilla, que tiene plausibles intervenciones, sembrando dudas cuando se trata de salir a cortar los centros. Tendrá que trabajar mucho y recibir goles en buena cantidad para considerarse un arquero consolidado en su puesto.

Más allá de esta observación, me gustó y espero que a todos la Selección por el juego exhibido, la concentración de todos los jugadores y la forma como ignoraron la presiones sobre si podía avanzar y ahora con más frescura y confianza en sí mismo, podemos albergar esperanzas de pelear por una medalla.

De paso se confirmó una verdad de a puño en el fútbol y en cualquier evento. Cuando se juega bien, se está más cerca del triunfo. No fue una casualidad o producto de errores del rival. En conclusión un triunfo muy claro.