Con Luis Javier Mosquera no se sabe cómo titular. Cada vez dice cosas que podrían servir para abrir una nota. El joven de 21 años habla con la naturalidad de alguien de su edad y no se sonroja cuando explica por qué perdió la medalla de bronce en los 69 kilogramos por un solo kilo, "la verdad es que esa mierda estaba muy pesada", dijo.
Y añadió, "no pude levantar el peso, ya estaba cansando y ya quería terminar esto, estaba preparado, hice el 155 tan fácil que hasta pensé que podía hacer más pero no pude".
Está seguro que no fueron los nervios, la ansiedad o la presión de un sitio y rivales que pueden desestabilizar, su razón fue esta, "eso no me afecta porque he sido de los que siempre me nombran en todo, solo no se me dieron las cosas".
Tampoco tuvo susto para hacer una promesa, "el otro año me propuse que tengo que ser campeón mundial, me propuse hacer unas marcas altas y voy a entrenar durísimo para desquitarme de esto y en Tokio voy a ser campeón olímpico en el nombre de Dios".