Tiene alma de portero, pasó por el fútbol checo, se convirtió en extremo y habla como español. John Édison Mosquera es una caja de sorpresas que se abrió para anunciar que aún no ha mostrado todo lo que puede dar en Atlético Nacional , club al que llegó como una absoluta apuesta de Reinado Rueda. Con 17 años partió a España. Pero antes de emprender ese camino en un continente ajeno gracias a la gestión de su padre, mostró carácter en sus primeros pasos junto al balón y estuvo lejos de que conformarse con lo que tenía al frente. "Nadie me conoce. Soy de Villagorgona, Candelaria, un pueblito cerca de Cali. Me fui con 17 años a Europa. Tenía muchas ganas e ilusión, algo que aún conservo", dice a AS Colombia como carta de presentación. Y tiene razón. Antes de su llegada al cuadro verde eran pocos los que lo tenían en su radar, los que sabían que su historia empezó en una escuadra del Valle del Cauca con un nombre que no recuerda y donde arrancó evitando goles. "En esa época yo era portero. Pero solo duré un año en esa posición porque tapé mal un balón y me dañé la muñeca", cuenta para luego explicar que se decidió a salir del arco cuando vio que "era rápido, regateaba a los delanteros y tenía pase como lateral". Con ese ajuste pasó a la academia del Deportivo Cali para empezar por la banda izquierda y la guía de Harry 'La Mosca' Caicedo su formación. Pero ahí no hubo chance para triunfar, así que emigró a la escuela de Diego Barragán en Pance para hacer sus primeros pinitos como futbolista. Antes de dar el salto al Viejo Continente tras sentirse "estancado" y con ganas de tener mayor proyección, regresó a su natal Candelaria para jugar con el Club Aston Villa. Mientras tanto su progenitor aprovechó un vínculo familiar en España para despejar el camino. "Veía que estaba estancado, hacía pruebas y seguía todo igual", expresa el extremo de 1,86 metros de estatura con un marcado acento español matizado por momentos con vallecaucano. Fue en suelo ibérico donde probó su carácter y sumó a su juego ingredientes que hoy aplica en Nacional. Mosquera pasó cerca de ocho años militando en categorías inferiores, entre la segunda B y la tercera división del balompié español, en clubes como C.D. Alcoyano y el Olímpic de Xàtiva. "Salté al Hércules con Abel Aguilar , pero no me dieron una oportunidad ahí. Así que he buscado otra opción, y resultó en República Checa", relata el zurdo.
Por casi dos años estuvo en el F.C. Bohemians, un club de la ciudad de Praga con un canguro como símbolo, camiseta verdiblanca y que tiene en la presidencia a uno de los futbolistas checos más famosos: Antonin Panenka "Fue una buena experiencia. Es un fútbol fuerte y físico… se corre demasiado. Hace mucho frío. Hay equipos que son técnicos, pero su fútbol es muy diferente al colombiano", resume Mosquera. Después de jugar 2.161 minutos en su última temporada en el fútbol checo, el vallecaucano despertó el interés del estratega Rueda, un paisano que no le perdió pista y que hoy lo describe como un "jugador fino, que promete mucho y con virtudes técnico-tácticas" que le aportarán a Nacional. "El 'profe' me está dando la confianza y mis compañeros me apoyan. Vine a Nacional por mis condiciones y yo sé lo que puedo dar. Trabajo fuerte para lograr cosas importantes en este club", apunta el extremo. De a poco, Mosquera muestra que tiene potencial. En los minutos que ha jugado como verdolaga, le ha dado una dinámica diferente a la banda izquierda, pues hasta buenos centros en carrera soltó en el duelo con Once Caldas. "Tengo muchas ganas de triunfar, por eso di el paso a Nacional. Este equipo exige lo mejor. Ponerse esta camiseta es una gran responsabilidad, pero soy un jugador ambicioso y quiero ganar títulos aquí", declara la carta tapada de Rueda para encarar un semestre exigente. Esa ambición que exhibió cuando salió de Villagorgona, emigró al fútbol español y se arriesgó a probar en la liga checa, la piensa mantener ahora que con Nacional inicia este jueves un nuevo reto en la Copa Sudamericana , torneo en el que se estrenará frente a Deportivo Municipal de Perú. "Me estoy adaptando bien. Espero demostrar mis condiciones y coger cada día más confianza", dice Mosquera, quien se describe como un jugador "tranquilo, con velocidad y desborde por línea para tirar el centro". En cuanto al juego en Lima, en la primera fase de la Sudamericana, el atacante manifiesta que será exigente después adquirir prestigio con el título de la Copa Libertadores. "Todos los partidos son difíciles. Vamos ante un rival complicado del que poco conozco y que sé que habitualmente juega en campo sintético. Como siempre, intentaremos ganar e ir a tope", afirma el extremo.