COI delibera este domingo sobre la expulsión a Rusia de Río
Una reunión por teleconferencia dictará a partir de hoy la decisión final sobre los 320 deportistas rusos (ya sin los atletas) en los Juegos de Río.
Un 24 de julio (en 1974), el Tribunal Supremo de EE UU ordenó al presidente Richard Nixon entregar las cintas del llamado Caso Watergate, el escándalo que arruinó a aquel presidente. Otro 24 de julio, en 2016, el Comité Olímpico Internacional (COI) acomete la insólita tarea de apartar a Rusia de los Juegos Olímpicos de Verano, a causa del escándalo del dopaje estatal certificado por el llamado Informe McLaren: 580 controles positivos manipulados y/o encubiertos por los laboratorios de Moscú y Sochi entre 2011 y 2015.
La descalificación de un país (y precisamente, Rusia) antes de unos Juegos de Verano sería una decisión sin precedentes que corresponde a los 16 miembros de la Comisión Ejecutiva del COI.
Entre los 16 miembros de esa Comisión Ejecutiva se encuentra el presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA/AMA): Sir Craig Reedie, el escocés —Caballero del Imperio Británico— que planteó y avaló el Informe McLaren, a la vista de los tenebrosos sucesos delatados por Grigory Rodchenkov, el defenestrado (y huido) profesor bioquímico que dirigió los laboratorios de Moscú y Sochi. El propio Thomas Bach, presidente del COI, lidera una Ejecutiva que será reunida por teleconferencia y en la que se ven nombres tan llamativos como Sergey Bubka, campeón olímpico y mundial de pértiga con la Unión Soviética: o como el español Juan Antonio Samaranch Salisachs.
Alexander Zhukov, presidente del Comité Olímpico Ruso, presentará las alegaciones de su país, basadas en dos puntos fundamentales: el dudoso historial de Rodchenkov, al que la propia Agencia Mundial descalificó de por vida en noviembre de 2015 (acusado, entre otras cosas, de extorsionar a decenas de atletas y destruir 1.427 frascos de controles), y, en el capítulo legal, el recurso al propio Código Mundial de la AMA, que, considerado al pie de la letra (artículos 11.2 y 11.3) solo daría luz verde a la descalificación de un equipo de alta competición en bloque si ese equipo produjera “varios casos de dopaje” durante esa misma competición.
Un veto para los 320 deportistas que Rusia aún planea presentar —tras la descalificación, ya prácticamente irremediable, de 67 representantes en atletismo— llevaría al Comité Olímpico ruso y a su propio Gobierno a presentar demandas urgentes ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS/CAS) y ante tribunales civiles. El COI puede derivar la responsabilidad a las federaciones internacionales, siguiendo la vía legal del atletismo, y con halterofilia, remo y piragüismo como principales señaladas. La decisión final podría llegar mañana: o incluso este martes 26.