Harden amplía su contrato por cuatro años y 118 millones
El dueño de la franqucia texana también lanza su aviso a los de la Bahía: "Ellos también van a tener que defendernos a nosotros…".
A James Harden le quedaban dos años de contrato en Houston Rockets a cambio de 34,6 millones totales. Pero ayer la franquicia texana anunció una reestructuración de su relación con su gran estrella: nuevo contrato de cuatro años y 118 millones. En los dos próximos años el escolta percibirá 10 y 11 millones más de lo previsto (26,5 y 28,3), en los dos siguientes el total será de 63,1: 30,4 y 32,7. En total, 83,5 millones más de inversión para los Rockets con este nuevo contrato que, en todo caso, tiene un enorme valor estratégico para una franquicia que viene de ganar 56 partidos y jugar la final del Oeste en 2105 a quedarse en 41-41 y entrar en playoffs de milagro solo para ser aplanada en primera ronda por los Warriors en 2016.
En plena convulsión del mercado y ante unas idas y venidas de los grandes jugadores que cada vez serán menos sorprendentes, los Rockets se aseguran a Harden hasta 2020, cuando el escolta tenga 30 años. Le atan en sus mejores años y cuentan con volver así a ser atractivos para otras figuras, ahora que se ha ido Dwight Howard y que el proyecto ha pasado de ser un bombazo revolucionario en manos del general manager Daryl Morey a una cuestionable idea competitiva. Todo habría cambiado, claro, de haber llegado alguna de las grandes estrellas que trataron de captar para formar un big three. Chris Bosh tuvo un contrato sobre la mesa, pero en el último momento decidió quedarse en Miami. Los Rockets nunca lo tuvieron tan cerca pero no les quedó más remedio, finalmente, que jugársela con Ty Lawson, con resultado conocido. Y en realidad previsible…
Ahora llegan Mike D’Antoni y dos tiradores como Eric Gordon y Ryan Anderson que encajan a priori con la filosofía del técnico. En un Oeste que parece menos voluminoso y menos salvaje, los Rockets pueden mantenerse en playoffs pero tendrán que resolver sus eternos problemas defensivos, que a priori ni irán a menos sin Howard (que, se diga lo que se diga, seguía siendo importante en esa parcela) y con un entrenador como D’Antoni y refuerzos como Gordon y Anderson.
Sin embargo, felices por mantener sus caminos unidos, equipo y estrella mandaron ayer su mensaje a Golden State Warriors, el gran equipo de las dos últimas temporadas y, tal vez, definitivamente uno de los mejores de siempre con la llegada de Kevin Durant. Harden se limitó a decir que “solo hay una canasta” en referencia la cantidad de gallos que se han juntado en el corral warriors y el dueño Leslie Alexander fue más allá: “¿preocupado por los Warriors? Bueno, ellos también tienen que defendernos a nosotros...”.
Suena a brindis al sol, como mínimo. Desde luego, contra el estilo de pases y movimiento sin balón de los de Oakland, los Rockets son un ecosistema que gira completamente en torno a Harden. Desde su llegada, la Barba ha metido 5176 canastas. El siguiente en los últimos cuatro años es precisamente Kevin Durant… con 4491. Esto también tiene su contrapunto, evidentemente: la temporada pasada Harden batió el récord histórico de pérdidas en una campaña: 374. De lo que no hay duda es de que se trata (defensa al margen…) de uno de los grandes talentos de la liga (29 puntos, 6,1 rebotes y 7,5 asistencias durante ese pasado curso) y de que para los Rockets es importante seguir contando con él y enviar un mensaje de cierta estabilidad. El liderazgo de Harden y la dirección de la franquicia, eso sí, pasarán examen importante a partir de noviembre….