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Fútbol internacional

Inter y su campus en Tumaco, al ritmo de lluvias y mareas

El equipo italiano cuenta con un campus para el entrenamiento de niños en San Andres de Tumaco. Inter cuenta la experiencia en su página web,

TumacoActualizado a
Inter de Milan cuenta con un campus para el entrenamiento de niños en San Andres de Tumaco.
Inter de Milan cuenta con un campus para el entrenamiento de niños en San Andres de Tumaco.Inter de Milán Oficial

Inter de Milán dio a conocer en su página web la realización del proyecto social ‘Inter Campus’ en Colombia, mediante un artículo en el que describe la experiencia vivida por quienes visitaron el campo de entrenamiento en Tumaco. Este es el texto:

SAN ANDRES de TUMACO - Todavía dentro del avión, por la ventana vemos las primeras camisetas nerazzurre. Los niños de Inter Campus, junto a sus entrenadores, han venido a la zona de llegadas (de hecho es la misma que la de salidas) para darnos la bienvenida con música, danzas locales y cánticos interistas. Una emoción muy grande, que además nos confirma la importancia del compromiso integral en actividades formativas, dentro y fuera del campo, a través y gracias a nuestros socios. De camino al hotel, descubrimos que el pueblo vive al ritmo de lluvias y mareas, que por lo menos una vez al día inundan calles y campos de fútbol. 

Por la tarde y en los días sucesivos, volvemos al terreno de juego y a la pasión por el balón. El entrenamiento más curioso es el que se hace al amanecer. Con el campo que suele estar ocupado por una manifestación deportiva, nos movemos en la orilla, aprovechando la marea baja y los espacios abiertos de arena. Mucha diversión, pero también nuevos ejercicios para controlar el balón y la defensa de la posición sobre una superficie que no es el típico suelo. Los porteros se pueden tirar sin hacerse daño, los delanteros cabecean con valentía y los defensas aprovechan para deslizarse por la arena con soltura. 

Finaliza la sesión con el clásico partidillo e intercambiando camisetas, como los grandes campeones. Juan y Camilo nos arrastran a algo más: al tener el mismo número de zapatilla, para jugar se cambian la derecha como señal de amistad. Al finalizar el entrenamiento, las zapatillas vuelven a sus respectivos propietarios, pero el talento que se han pasado permanecerá para siempre.