Mariana y Caterine: orgullo de Colombia e ilusión para Río
Dos de las favoritas a repetir medalla se sentaron juntas en un evento en Medellín. Ambas coinciden en que estos serán los mejores Juegos Olímpicos en la historia del deporte nacional. Etapa 20 Tour de Francia 2017 en vivo
A Caterine Ibargüen y Mariana Pajón se les nota que están en casa. Hablan tranquilas, relajadas y sonríen constantemente. En esta oportunidad, el escenario que las recibió fue el Museo de Arte Moderno de Medellín, donde fácilmente podrían estar como reliquias culturales de la capital antioqueña. Se dirigen al público con tal frescura que nadie creería que las que están ahí sentadas son dos las mejores deportistas del mundo en su disciplina.
Los triunfos en BMX y en salto triple han sido muchos, pero cada una tiene su momento favorito.
“El campeonato en Medellín para mí fue tan especial que se asemeja al oro olímpico en Londres. Fue en esta ciudad en donde empezaron mis sueños y me puse mis primeros retos. Era un sueño tener a los mejores del mundo en mi ciudad, en mi pista. La verdad fue increíble”, dijo Mariana.
Caterine, por su parte, no tiene un momento específico, pues cada momento que le dedica al deporte es especial. Pero hay una pista a la cual le tiene un cariño especial: “Me encanta competir en Mónaco porque fue ahí donde logré mi mejor marca personal. Sueño con ser la mujer que más ha saltado en la historia”.
Cuando se le preguntó a Ubaldo Duany por el mejor momento de Caterine Ibargüen, el entrenador cubano no tuvo que pensar para responder: “Lo más grande que ha logrado Caterine no es en el ámbito deportivo, fue cuando se graduó Summa Cum Laude (máxima distinción en el terreno académico) de enfermera en la universidad. Fue un momento inolvidable”.
El camino de Londres a Río no ha sido fácil para ninguna de las dos. “He tenido muchos retos en mi carrera. En los Panamericanos me pegué durísimo, pero el golpe de no quedar en el podio fue todavía más doloroso. Por el oro nadie alfoja, pero me paré y eso siempre me hace fuerte”, explicó Pajón.
En la parada de la Liga Diamante en Birmingham, Caterine Ibargüen perdió un invicto de 34 victorias consecutivas. “Esa derrota no me preocupa. Mejor que pase ahora y no en Río. Cuando uno sale a la pista puede pasar cualquier cosa. Todos salen por el primer lugar. Ese día perdí, lo analizamos, aprendimos y ya está. A veces gano y me siento como si hubiera perdido porque no logré la meta personal para ese día”, aseguró la nacida en Apartadó.
En cuanto a las rivales, una es más cercana a ellas que la otra. “Cuando uno se pone el casco y entra a la pista no es amigo de nadie. Pero una vez terminamos competencia la verdad que sí somos cercanas. Salimos, nos hablamos, nos escribimos por whatsapp, Facebook, Twiter, todo (risas)”, respondió Mariana. Caterine la miró en silencio. Tomó una pausa y dio su respuesta: “Yo soy muy sincera y voy a decir la verdad… Yo, la verdad, no me hablo con mis rivales (risas). Las admiro y las respeto mucho, pero honestamente no soy tan amigable (risas)”.
Río cada vez está más cerca. Ambas ajustan detalles y esperan subir el nivel para el momento que han estado esperando por cuatro años. Mirarlas enceguece no solo por su belleza, sino también porque irradian oro. Dominan sus disciplinas, y nadie puede dudar que son las favoritas para el metal dorado en los Juegos Olímpicos. Pero ambas coinciden que no conseguir el oro no podría ser considerado un fracaso:
“Caterine en Londres 2012 quedó segunda, pero no perdió”, dijo Mariana mientras miraba a Caterine. Y continuó. “Pase lo que pase en Río, no duden que nosotras vamos a hacer el máximo esfuerzo. Vamos a dejar alma y corazón”. Caterine le devolvió el elogio con una sonrisa y siguió el discurso: “Si no consigo la medalla no sería un fracaso. Esto que hago no es un proceso de meses, sino de años. Voy a dejar todo en esa pista, no lo duden”.
Estas dos mujeres antioqueñas harán sentir orgulloso al país entero, sin importar el color de la medalla que se cuelguen al finalizar los Juegos Olímpicos. No conseguir el oro no sería un fracaso, pero Colombia sabe que esas sonrisas combinan mejor con el metal dorado colgado en el pecho.