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Final Champions League

Pelusso: "Godín no necesitaba de Simeone para ser lo que es"

El técnico uruguayo Gerardo Pelusso habla de los inicios del central del Atlético de Madrid a quien le dio la oportunidad de debutar en primera división en 2003.

BogotáActualizado a
Diego Godín hizo parte del equipo que disputó la final de la Champions 2014 ante Real Madrid en Lisboa.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

"En la final de la Champions, Godín se come crudo a Benzema”. Al otro lado del teléfono habla Gerardo Pelusso desde Montevideo. El exentrenador de la Selección de Paraguay, campeón de liga en Uruguay, Perú y Paraguay -con Nacional, Alianza Lima y Olimpia- y de la Copa Sudamericana con Santa Fe se anima con los recuerdos de Diego Roberto Godín Leal, el jovencito al que le dio la posibilidad de jugar en primera división a los 17 años en el Club Atlético Cerro a donde llegó después de ser ninguneado en Defensor Sporting.

Pelusso, un técnico pragmático, efectivo, de convicciones firmes, vio a Godín y creyó después de que el entrenador de inferiores William Lemus lo convirtiera en defensa central. El escenario de la historia es Uruguay, ese país de 3 millones que unido es capaz de hacer frente al ejército más poderoso del mundo, el de los 11 jugadores vestidos de celeste que silenciaron a 200 mil en el Maracaná, esa tierra que forja el carácter de un futbolista que bate al invencible en su casa con un cabezazo letal. Es el sinónimo del puño apretado, beso al escudo y el trabajo colectivo que incomoda a los favoritos. El Atlético de Madrid en modo Selección.

“No me voy a comparar con nadie porque no vivo de eso, pero Simeone y Guardiola son dos entrenadores que me encantan por la pasión, por el amor que tienen por el fútbol, por lo que trasmiten”, afirma el DT uruguayo al que también se le ha acusado de escatimar en fútbol espectáculo. No le preocupa. Es un técnico ganador al que el tiempo también le otorgó el mérito de reconocer en Godín un hombre de condiciones excepcionales en lo futbolístico y personal. Un líder desde el ejemplo y la humildad. Trece años después, el alumno está en lo más alto y a un paso de seguir haciendo historia. Los recuerdos emocionan, animan, revitalizan…

¿Cómo se cruzan su vida y la de Godín?

Lo trajimos al Club Altético Cerro, que es el equipo que yo dirigía, en el año 2003. Tenía 17 años. Vino de un pueblo que se llama Rosario, departamento de Colonia. Realmente el mérito no es mío, ni nada que se le parezca, sino que William Lemus, que era el entrenador que teníamos en el sub 17 y 20, lo conocía, lo había visto jugar. Jugaba de delantero, pero había vislumbrado por las condiciones que tenía Diego que de ahí podía salir un muy buen zaguero central. A medida que fue jugando, se fue destacando y empezamos a ascenderlo, a que viniera a entrenar con el equipo principal, jugó en la sub 20. Jugó algunos partidos en la tercera especial –una reversa antes del equipo profesional-. En ese mismo año debutó en el primer equipo, en un partido por el campeonato oficial y luego volvió a jugar en la ligilla sobre final de año. Todo fue muy rápido para él.

¿Qué le impresionó del Godín futbolista trece años atrás?

Dos o tres cosas. La gran técnica que tenía… Hoy le puedo asegurar que Diego Godín es bastante más rústico de lo que era cuando comenzó. Él era un exquisito del fútbol, inclusive nosotros tuvimos que empezarle a pulirle algunas cosas porque dentro del área él salía pisando el balón y jugando desde al lado del arco, ¿por qué? Porque le gustaba jugar a la pelota. Me acuerdo de su muy buen juego aéreo, ya era flaquito, alto y se destacó en eso desde el principio. La otra cualidad muy importante es que era un chico muy ordenado, muy prolijo en su vida particular y ya en ese momento –llegando aquí- se puede decir que era un profesional. No hubo que explicarle nadaLos horarios los cumplía, se comportaba como un profesional. Me llamaba la atención por el señorío que tenía desde jovencito, desde que llegó del interior del país.

¿Se imaginó que se convertiría en lo que es hoy?

Para qué le voy a mentir. Se vislumbraba como un muy buen jugador de fútbol, pero cuando son tan jovencitos hay que esperar porque pueden pasar muchas cosas. La evolución a veces no va en forma ascendente. Hay que ver el profesionalismo, su dedicación, el carácter que tienen, en fin, hay muchas cosas por el camino. Qué me iba a imaginar yo… No soy objetivo –como se dará cuenta-, pero considero que Diego Godín es el mejor zaguero del mundo.

¿Cuáles son los puntos débiles de Godín?

Debilidades no tiene. Juega de zaguero por izquierda, tiene pierna derecha, el juego aéreo es espectacular en las dos áreas, tiene don de mando, es buen profesional. Yo qué sé… Cualquier entrenador quisiera tener un Godín. Es el líder. En los partidos difíciles aparece, esa es una cualidad que es para los elegidos nada más y cuando ha tenido que definir partidos, lo ha hecho. Aparece en los momentos más difíciles, yo no le veo defectos.

¿A qué le debe ese carácter y jerarquía en la cancha?

Diego tiene incorporada esa pasión por el fútbol, esa seriedad y esa perseverancia que nos es fácil de encontrar. Es un chico que vino a la capital, no le pesó nada, no extrañó nada… Él siempre estuvo enfocado en lo suyo, son cualidades muy especiales innatas de un líder porque las condiciones técnicas se pueden mejorar: el pase se puede mejorar, el cabezazo se puede mejorar, la posición en la cancha se puede mejorar, pero el líder tiene condiciones que vienen con su personalidad, eso no se aprende. Si algo le faltaba para recibirse de master fue haber estado al lado de Lugano varios años porque si hay un líder verdadero y positivo que ha tenido el fútbol uruguayo es Diego Lugano.

Así como Godín hoy guía a Giménez…

A Giménez indudablemente le ayudó muchísimo la presencia de Godín, pero son casos diferentes. Diego jugó en Cerro varias temporadas, jugó en Nacional y se fue maduro a Europa, cosa que no sucedió con Giménez, porque él fue un chico que jugó en las inferiores de Danubio, etuvo seis meses en el primer equipo, disputó la final del Mundial Sub 20 y lo vendieron inmediatamente. O sea el chico pasó en un año de venir a entrenar en una bicicleta de un pueblo que se llama Toledo –a varios kilómetros de Montevideo- todos los días a Danubio, al Atlético de Madrid. Fue todo muy rápido.

¿Y qué influencia ha tenido Simeone en Godín?

Simeone en un grandísimo entrenador, indudablemente que estas campañas del Atlético de Madrid tienen su sello, pero si yo le tengo que decir a nivel individual, creo que en el que menos debe haber tenido influencia Simeone es en Godín, seguramente tiene que haber tenido mucha más influencia en otros jugadores como Koke o Gabi, en otros futbolistas puede ser, pero creo que Godín fue una ayuda para Simeon. No fue un acierto de Simeone, ¿por qué? Porque todo lo que exige Simeone, Godín lo tiene incorporado, no hay que explicarle nada. El sacrificio, lo que es dar siempre un poco más de todo lo que uno tiene. Seguramente tiene que haber sido un aliado de Simeone, lo tiene que haber ayudado mucho, eso es lo que yo observo de afuera. Sí debe haber tenido gran influencia en el colectivo, pero Godín no necesitaba de Simeone para ser lo que es.

Se viene la final de la Champions, ¿cómo ve a Godín en los mano a mano con la BBC?

Gana Godín no tengo ninguna duda. Benzema es un juego de niños para Godín, con el otro puede tener algún problemita diferente, pero a Benzema se lo come crudo. No existe Benzema.

¿Se anima a un pronóstico del Madrid vs. Atlético en Milán?

Final incierto, ¿no? El Madrid tiene individualidades superiores indudablemente, pero el Atlético lo supera en juego colectivo. Va a ser un partido de resultado incierto, en el que soy hincha del Atlético Madrid. Me gusta el entrenador, me gusta su estilo, Diego (Godín) es poco menos que un hijo para mí, tiene sudamericanos, el preparador físico es un uruguayo… En España todo el mundo habla de la periodización táctica, pero resulta que nadie dice nada del equipo que corre más que todos lo prepara un uruguayo, pero nosotros los entrenadores tenemos la obligación de analizar las cosas verdaderas, no las que venden, las que venden son otras. Yo no compro, yo aprendo.

* Con reportería de Iván Caballero