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Copa Libertadores

La noche en la que Pizzi apagó la fiesta del América

Los rojos se apresuraron a celebrar, “el partido se había acabado”, comentó Foad Maziri, pero Central lo igualó en los dos minutos finales y luego celebró desde los penaltis.
Francia - Colombia: Amistoso Fecha FIFA

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La noche en la que Pizzi apagó la fiesta del América
AFP

En los vaivenes del fútbol puede ocurrir una intempestiva mudanza del día a la noche, de la felicidad a la perturbación. El esplendor puede hacerse grisáceo, y los protagonistas en el campo, pasar de héroes a villanos en solo 2 minutos, suficientes para que Juan Antonio Pizzi con los ojos bien abiertos, le viera las lagañas al arquero Luis Barbat y generara el drama en el Pascual.   

Era evidente la superioridad del América. En apenas 9 minutos, Julián Vásquez y José ‘el Mono’ Herrera, le dieron vuelta en casa al marcador adverso en el juego de ida en el Gigante de Arroyito, por los cuartos de final de la Copa Liberadores, donde Rosario Central se impuso 1-0 con gol de Pizzi. Jersson González (tiro libre) estiró la cuenta. “Los jugadores de Rosario cogían la pelota con las manos, estaban entregados, el técnico Bauza estaba peleando con la tribuna, el partido se había acabado”, rememoró Foad Maziri sobre la penosa noche del 29 de mayo de 2001.

La fiesta estaba encendida, América daba concesiones, David Ferreira malogró una clara ocasión de gol frente a la puerta, le entregó el balón en las mano al arquero Tombolini; el árbitro uruguayo Jorge Larrionda le anuló un gol legítimo al ‘Mono’ Herrera y dejó con diez hombres al equipo visitante (expulsó a Federico Arias en el minuto 76). Ya con la mente en la semifinal, el técnico Jaime De La Pava decidió refrescar la plantilla titular… envió a la cancha a Kilian Virviescas, ‘Guama’ Cardona y a William Zapata.

Fabián Vargas, uno de los que fue reemplazado, declaró aún durante el juego que había sido clave “liquidar” el partido en los primeros minutos, al tiempo, el periodista le indagó si prefería enfrentar a River Plate o Cruz Azul en la siguiente fase. El “ole, ole…” resonaba en el escenario del barrio San Fernando. “Mucha gente ya se había ido del estadio pensando que el equipo había clasificado a la siguiente ronda. Rosario no tenía cómo hacernos daño”, recordó el exdefensa Pablo Navarro.

Faltaban solo dos minutos para que se escucharan las tres notas finales, cuando inesperadamente, Juan Antonio Pizzi luego de un par de centros lanzados desde el costado derecho, aprovechó los dos errores de Luis Barbat, anotó un doblete y le bajó el tono a la fiesta del América. “El equipo estaba bien parado y De La Pava se apresuró a hacer los cambios”, consideró Navarro, mientras que Maziri indicó: “no le podemos echar la culpa a nadie, el error fue del equipo”.

El global 3-3 amplió la angustia, el desenlace fue lamentable para los americanos... malograron cinco de los ocho penaltis que lanzaron, Rosario desperdició cuatro y avanzó a la siguiente fase. “En el camerino parecía que se hubiera muerto alguien y luego nos hicieron mucho ‘bullying’”, apuntó Navarro, quien falló el sexto penalti.

David Ferreira comentó: “todavía me duele ese partido”, Maziri dijo: “cuando escucho hablar de Rosario se me viene a la mente la oportunidad perdida más grande que tuve en el fútbol”, y todos coincidieron que el destino no quiso que el partido lo ganara el América; mientras que el arquero Laureano Tombolini, 15 años después, aún celebra la épica: “esa noche se vive muy pocas veces en la vida y muy pocos tienen la oportunidad de vivirlo”, declaró a la prensa argentina.