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Copa Libertadores

Nacional arranca de cero en Copa Libertadores: se juega todo

Candidato por su rendimiento en el inicio, pasó con lo justo a los cuartos de final. Su DT dijo que aprendió lecciones para enfrentar lo que sigue. Está en juego su ilusión continental.

Actualizado a
Guerra hizo doblete ante Huracán.
RAUL ARBOLEDAAFP

Sereno pero firme, Reinaldo Rueda enfatizó que Atlético Nacional se llevó dos lecciones en la última semana, tras la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores y la derrota en el clásico ante el DIM. La autocrítica del entrenador fue profunda. Remarcó  las cosas que debe corregir para ratificar los elogios que cosechó en la fase de grupos del torneo continental en la que terminó como el mejor equipo.

En el último mes, desde que sus figuras regresaron de la Selección Colombia hubo señales de bajón. Ante Sporting Cristal ganó sin convencer en Lima, sumó su primer empate ante Huracán en el cierre de esa instancia y se llevó un susto antes de eliminar a los argentinos en los octavos de final.

“Este juego nos dejó una gran lección. Nos enseñó que estos partidos hay que cerrarlos”, explicó Rueda tras la victoria 4-2.

La referencia del DT fue clara. El equipo sobró el partido cuando se puso 3-1. Quiso cerrarlo con toque lateral enfrente de los recuperadores del rival, abusó del juego interno para dejar correr el tiempo y se metió en un problema con el descuento de Ramón Ábila.

Pero Nacional acumula más pecados. Perdió efectividad en la salida por las bandas. Farid Díaz y Daniel Bocanegra están sin la explosión para pasar al ataque o apoyar a los compañeros que generan juego en el mediocampo. Eso lo hace ver peleado con la pelota.

Los centrales Felipe Aguilar y Davinson Sánchez, así como Alex Mejía que neutralizaron a Ábila en Buenos Aires se confundieron en Medellín. El volante perdió rebotes y complicó a la pareja del fondo que por primera vez en ocho partidos permitió goles en contra. También lo afectó que Sebastián Pérez no rindió. Acosado por las patadas de Huracán perdió influencia en su zona para combinar con Alejandro Guerra. Bocanegra, que debía respaldarlo por la derecha para atacar, no lo hizo con la frecuencia que se necesitaba.

Parte de la solución estuvo en el cambio de Orlando Berrío por Víctor Ibarbo. El delantero fortaleció el ataque, se entendió bien con Andrés Ibargüen y con el venezolano que además puso los goles.

“Logramos equilibrio por los dos costados. Después era tener posesión y circulación de balón, además buscar los espacios y tratar de abrir las costuras del rival para penetrarlo. Por ahí pasó el segundo tiempo", justificó el técnico.

También fue importante Franco Armani que puso seguridad en el momento más complejo de esa definición. Por precaución tras recibir un golpe en el entrenamiento del viernes, quedó afuera en el clásico pero estará para el encuentro de este jueves.

En cuartos lo espera Rosario Central que clasificó ante Gremio con victorias en Brasil y Argentina. Tiene además al segundo goleador de la Libertadores por lo que deberá ajustar la marca en el medio y la firmeza que supo tener en defensa.

Frente al Medellín, Rueda destacó que encontró señales positivas en el juego de Marlos Moreno al que le ordenó jugar hacia el centro. “Tuvo buen comportamiento. Probamos con Marlos por dentro porque tiene una huella en esa posición", explicó.

Visitará a un rival que está invicto en su estadio, el Gigante de Arroyito pero que sufrió con Palmeiras que le hizo tres goles.

La exigencia aumenta para Nacional. Hay buenas noticias por parte de Berrío, Armani, Guerra. Los puntos bajos que el técnico ya identificó, dejaron lecciones. Justo a tiempo, porque la Copa arranca de cero.