¿Afecta la crisis política en Brasil los Olímpicos de Río?
A 100 días del evento, Brasil encuentra en medio de una recesión económica, el escándalo de corrupción más grande en su historia y un proceso de destitución a su presidenta.
Para hacerse sentir, hay pocos pueblos como el brasileño. Cuando la inconformidad alcanza niveles insoportables, las calles de las principales ciudades se inundan de personas que, con la camiseta de su selección y el amor por su patria, hacen sentir su voz de protesta. Así, y con la influencia del espíritu de la Democracia Corinthiana, cayó la dictadura militar en 1985. El pasado domingo 13 de marzo, casi tres millones de personas, en 36 ciudades diferentes, salieron a pedir una cosa: juicio político y la salida de la presidenta Dilma Rousseff. A 100 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río 2016, ¿afectará el ambiente político al evento deportivo más importante del año?
LA CRISIS
Hay tres aspectos que han llevado a que Brasil afronte el momento más crítico de la democracia desde aquella victoria en la década de los 80. Dilma sufre su momento político más delicado desde que fue elegida en 2011.
1. Recesión económica: Bajo el mandado de Dilma Rousseff, Brasil se encamina a la peor recesión económica desde 1901. La deuda externa supera el 70% del PIB (Producto Interno Bruto), lo que ha generado un serio problema de inflación. El déficit fiscal pasó del 2% del PIB en 2010 a 10% en 2015. Además, uno de cada 10 trabajadores ahora está desempleado.
2. Corrupción: En medio de la crisis económica, en Brasil estalló el escándalo de corrupción más grande de su historia. Después de dos años de investigación, la Fiscalía estableció una red de corrupción entre las constructoras más poderosas del país, Petrobras (compañía de petróleos del gobierno) y algunos políticos para elevar los precios de los contratos y sacar jugosas sumas de dinero. Uno de los implicados fue Luiz Inacio "Lula" da Silva, predecesor y mentor de Dilma en el PT (Partido de los Trabajadores).
3. Lula, nombrado ministro: El miércoles 9 de marzo, la Fiscalía de Brasil formalizó una investigación en contra de "Lula". El expresidente fue llamado a indagatoria acusado de lavado de dinero relacionado con el escándalo de Petrobras. Ocho días después, Rousseff lo nombró Ministro de Gabinete en medio de la polémica, pues unas grabaciones sugieren que la mandataria utilizó el nombramiento para trabar las investigaciones.
El domingo 17 de abril, el Congreso aprobó el proceso de destitución de Dilma Rousseff. Ahora, el paso definitivo lo tendrá el Senado. De ratificarse por la mayoría (41 de 81 senadores), Rousseff será retirada de su cargo y el vicepresidente Michel Temer asumirá como presidente encargado hasta las próximas elecciones en 2018.
A 100 DÍAS DE RÍO 2016
Dani Blaschkauer, periodista de UOL Brasil, asegura que a pesar del momento político que vive su país, los Juegos Olímpicos no se verán afectados: "La infraestructura está montada en su gran mayoría, entonces no veo cómo el evento pueda ser perjudicado. Ni los atletas ni los espectadores tendrán problemas. En el mundo práctico, nada va a cambiar".
Baltazar Medina, presidente del Comité Olímpico Colombiano, tiene el mismo pensamiento. Así se lo expresó a AS Colombia: "Hace tres semanas tuve la oportunidad de hablar con Carlos Nuzman, director general de los Juegos de Río, y él dice que está tranquilo con ese tema (político) porque ya todos los aspectos relacionados con los aportes del gobierno están definidos, están firmados. En ese sentido, la crisis política no tendría porque afectar para nada la realización de los juegos".
En una rueda de prensa el pasado 14 de abril, Nawal El Moutawakel, encargada de la Comisión de Evaluación del Comité Olímpico Internacional, declaró que la organización camina sin demora: "Nosotros estamos avanzando con nuestro trabajo a pesar del complicado ambiente político y económico. Esto no ha tenido un impacto porque las preparaciones están cumpliendo con el cronograma".
Para Blaschkauer, el futuro inmediato no se verá afectado, pero pronostica en unos años una crisis similar a la que vivió Grecia en 2008: "Cuando se nombró a Atenas como sede de los juegos de 2004, todo el mundo pensó que iba a ser algo muy bueno y los Olímpicos se llevaron a cabo sin problema. Cuatro años después, la deuda y recesión económica de Grecia dejó a Europa en un estado crítico".
Y agrega: "Lo mejor sería que Brasil hubiera dicho que no a los Olímpicos. En este momento nunca podrían recibir un evento de este tipo. Pero es el costo que eligieron. Y aunque se habla que el dinero que se va a recibir será mayor a la inversión, eso no es así y muy pocas veces se ha visto eso. Barcelona 1992 o Sydney 2000 pueden ser las excepciones. La verdad no va a ser bueno para Brasil. Se invirtió mucho dinero y muchas de esas obras se van a convertir en Elefantes Blancos (obras que requieren gran inversión y quedan en el olvido). Tal vez esté siendo muy pesimista, pero en unos años podríamos estar pagando muy caro lo que está pasando".