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El 0-0 del primer tiempo se dio por los arqueros, Vikonis y Armani. Ambos equipos enviaron al campo sus mejores jugadores y respondieron con un juego bien trabajado para justificar ese empate parcial.

Cambió todo para el final, resultando entonces Millonarios más agresivo, con mayor dosis de presión y cortando los circuitos que pretendía establecer Macnelly aunque con poquísima respuesta. Millos estuvo brillante en las acciones que derivaron en los dos goles de David Silva. Los errores de Henríquez quien se fue a una zona, la derecha, donde no tiene ni el perfil ni el oficio para cubrirla. Perdió el balón y un santiamén, Silva el primero. Fue un error, pero también mérito de los azules, atentos para rematar. En el segundo, Nájera dio un extraño rebote, cuando fue a marcarlo Estrada y allí nació el segundo del mismo Silva.

A todas estas, Nacional no hilvanaba ninguna jugada clara y pasaron desapercibido Marlos Moreno y Copete, mientras a Ibarbo caía en el desespero por estar peleando con Robayo y después con Cadavid. Se extravió. Se fue expulsado.

Con el 2-0, Millos no perdía el sentido ofensivo y Nacional, como pasa muchas veces con los equipos, se fue resignando en la derrota. Ya en el tiempo de reposición, Vikonis ante un remate de Ruiz, quedó aplaudiendo y Berrio estableció el definitivo 2-1.

Estupenda victoria de Millonarios que de a poco va consolidando un estilo de juego, donde Silva y no solo por los dos goles, mereció destacarse como el mejor. Otros como Estrada, Rangel que participó en los goles y estrelló un remate en el horizontal y la movilidad de Núñez y la combatividad de Robayo, apuntalaron suficientes razones para justificar el triunfo.

Quiñones tuvo lesión y para nada desentonó Rojas improvisado como lateral izquierdo.

Partido intenso, para estar a tono con la gran respuesta de la población azul. En la inicial Nacional dispuso de dos opciones y Millos de una. No se concretaron, pues lo anoté al comienzo, Armani y Vikonis respondieron.

Tres puntos para Millonarios que encierra un empujón espiritual para lo que sigue. Llevando la iniciativa, presionó y se notó sólido en sus líneas, para someter a Nacional que no pudo reaccionar en el pasaje donde Silva, volante, se acordó de un principio básico en el fútbol. Tener volantes con gol y Silva fue el mejor ejemplo de esa premisa.