Cuadrado en Champions, más allá de una victoria moral
Desde los tres goles de Asprilla a Barcelona no se gritaba tanto un gol colombiano en la Champions como el de Cuadrado al Bayern. El suyo se recordará por la jugada previa de Morata, además de su definición con enganche en espacio reducido y porque asustó a Guardiola con la posibilidad de irse del Bayern sin el máximo trofeo de Europa.
El instinto conservador italiano le salió demasiado pronto a su entrenador que defendió muy cerca de Buffon y dejó escapar la clasificación. Pero el rendimiento de Juan Guillermo es un justo premio para un jugador que padeció un invierno crudo en Chelsea en el que Mourinho lo calificó como el quinto suplente. El campeón de Italia (líder local) le lanzó un salvavidas que le calza a la medida porque su temporada es brillante.
El fútbol se juega con arcos y el resultado de Munich quizá opaca su trabajo en la cancha. Fue un 4-2 y eliminación que le costará asimilar. Más allá de la victoria moral por ese golazo, hay que celebrar que Cuadrado llega en uno de sus mejores momentos para derribar la estatua del escepticismo de un sector de la afición de la Selección Colombia que no disimula los murmullos cuando se viste con la camiseta nacional.
El comienzo de esta Eliminatoria fue difícil para él. Pero está de vuelta para los partidos contra Bolivia y Ecuador. En el duelo contra todos, Cuadrado suele ganar.