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Feliz cumpleaños Santa Fe

Generación 80 y 90: Hinchas con amor a ciegas por Santa Fe

Un acto de fe, eso es ser hincha de Santa Fe. “La hinchada pasó 37 años sin títulos, qué mejor muestra de amor que eso”, dice Pelusso.

BogotáActualizado a
Un acto de fe, eso es ser hincha de Santa Fe.
AFP

¿Puede haber algo más sufrido que ser hincha de Santa Fe? Se preguntaban algunos antes del 2012. Tal vez sí. Serlo y haber nacido entre el 80 y el 90. A eso es lo que se le puede llamar un verdadero hincha

No es un secreto. Las grandes hinchadas, las numerosas, se forjan a base de títulos. Ver un equipo ganador, que se proclama campeón, enamora a los aficionados del fútbol. Los equipos con más títulos, son los que más tienen hinchas, pasa en cualquier lugar del mundo.

Colombia no es la excepción. En sus primeros 27 años como equipo profesional, Santa Fe fue un equipo de jerarquía. Entre 1948 y 1975 ganó seis títulos, con jugadores estelares, que formaron hinchada en la capital de la república y una tradición.

En esos años era fácil ser hincha del ‘León’. ¿Cómo no? Era el primer campeón del fútbol colombiano y uno de los más ganadores. La prueba de fidelidad vino después.

Tras el título del 75, la hinchada ‘Cardenal’ era numerosa. En principios de los 80, se mantenía, pese a que el equipo acumulaba años sin sumar campeonatos, y otros clubes como América no paraban de ganar. Pero poco a poco, con la sequía de títulos, la cantidad de hinchas fue bajando, los niños y jóvenes se enamoraban de otros equipos.

Y las generaciones sintieron esos golpes. Un ejercicio simple. Un hincha de Santa Fe, que nació después del 70, tendrá un leve recuerdo del título del 75, y solo hasta el 2012 vio a su equipo ganar un título de liga. Es decir, espero hasta después de los 40 para ver a su equipo campeón. Difícil. Eso es amor, eso es fidelidad. Pero aquellos hinchas por lo menos nacieron en una época en la que el equipo era ganador, la gloria no era lejana y la sequía muy corta.

Sin embargo, el caso más agudo fue para los hinchas nacidos en los 80 y 90. A ellos se les puede llamar verdaderos hincha de corazón. Nacieron en las épocas de las vacas flacas. Cuando Santa Fe no era protagonista, la gloria lejana y los otros equipos aumentaban su poderío. No había una verdadera razón de peso, coyuntural, para enamorarse de su equipo. Simplemente era amor a ciegas, un acto de fe.

“En el colegio, éramos muy pocos los hinchas de Santa Fe. Tímidamente, levantábamos las manos dos o tres, en un salón de 30 niños. Era difícil, no ganábamos nada y los otros equipos ganaban todo, pero nunca me arrepentí de serlo. Éramos pocos, diferentes, pero eso también me motivaba, ir en contra de la corriente”, cuenta Julián Márquez, hincha de 26 años.

¿Qué niño, hincha de Santa Fe, no fue tentado por amigos, compañeros y familiares de otros equipos, a cambiarse a un equipo ganador? Pero no lo hicieron. Esos que aguantaron la presión, que se mantuvieron firmes, saben qué es ser fiel a un equipo. La fidelidad se mide en los malos tiempos.

Y la fidelidad tiene su recompensa. Aguantar años de fracasos, de ver triunfar a otros, de frustración, hacen valorar más, muchísimo más, los momentos de gloria. La hinchada ‘cardenal’ entiende a la perfección eso. Desde el 2012, no para de celebrar, incluso ya lo hizo a nivel internacional. Ese tipo de victorias, tienen un sabor más dulce. Ser diferentes, ir en contra de la corriente, valió la pena.

El reconocimiento es para la hinchada de Santa Fe en general, no será la más numerosa, pero sí de las más fieles. Como dijo Gerardo Pelusso: “Que más le pueden pedir a la hinchada de Santa Fe, si pasó 37 años sin títulos, qué mejor muestra de amor”.