Santa Fe de comienzos de 2016 no depende de Omar Pérez
Luego de varios años, el fútbol de Independiente Santa Fe no depende de Omar Pérez. Su aporte sigue vigente, pero hay recambio y otro estilo de juego.
¿Un Santa Fe competitivo sin Omar Pérez? Hace unos años era impensable. No es exageración, ni un secreto. En su época dorada, el equipo capiltalino fue dependiente del astro argentino. Su liderazgo, creación, pases, goles y cobros de pelota parada fueron fundamentales para que Santa Fe volviera al primer plano del fútbol nacional. Claro, no lo hizo solo, pero él fue el artista que lideró la banda.
Como Omar, ninguno. En los últimos años, la dirigencia, además de acompañarlo con buenos jugadores, intentó buscarle un sustituto de categoría, que permitiera una rotación y descanso para el ‘10’, con la intención del que el equipo alterno practicara un fútbol similar al titular.
Con ese propósito, a Santa Fe llegaron Edwin Cardona, Emmanuel Molina, David Ferreira y se proyectó a otros como Armando Vargas. Pero no sucedió lo que se buscaba. Algunos cumplían funciones diferentes, otros no estaban maduros o simplemente no tenían la categoría del argentino.
Pero, como Pérez es humano, no es eterno ni omnipresente, Santa Fe tuvo que aprender a jugar sin él. Obvio, no es el mismo estilo. Los equipos evolucionan en su juego, según las circunstancias. La prueba de fuego para la escuadra albirroja fue en el segundo semestre de 2015. Con nada más y nada menos que la Copa Sudamericana en medio, Omar se lesionó.
El ‘León’ supo afrontar la adversidad y, con Gerardo Pelusso, se reinventó. Fueron 45 días sin el astro, en los que el equipo mostró un fútbol efectivo y sumó grandes resultados. Tanto así que el técnico, después del regreso del ‘Pela’, mantuvo el mismo esquema y le apostó a jugar sin el 10. Es cierto, Omar tampoco estaba al 100%, pero, para sorpresa de todos, Santa Fe no dependía de él. Y así, contra todo pronóstico, se proclamó campeón de la Copa Sudamericana.
Todo fue cuestión de las circunstancias. Se pensaba que para el nuevo año, la escuadra bogotana volvería a girar en torno a Pérez, pero no fue así. En primer lugar, Santa Fe encontró un recambio que, hasta ahora, promete mucho; Jonathan Gómez. Otro argentino de grandes condiciones en ataque, aunque, diferente en muchos sentidos a Omar. Se puede caer en un error al compararlos, porque, básicamente, no son el mismo tipo de jugador.
En segundo lugar, para la nueva temporada Pelusso mantuvo la fórmula que le dio éxito; Un esquema con doble línea de cuatro y sin ‘10’, es decir, sin Omar como titular en el primer equipo. Además, Jonathan Gómez se abrió espacio en el once y se adecua a la perfección como media punta. Los buenos resultados se han mantenido, no es un equipo brillante, pero si efectivo.
Pérez, ha pasado entonces, a ser alternativa en la banca. Una alternativa de lujo, que tiene aún mucho, mucho por aportar. Seguramente seguirá sumando goles y definiendo partidos. Cuidado, tampoco se puede caer en el error de pensar que Omar ya no es importante para Santa Fe. Por supuesto que lo es.
Tan solo cedió parte del protagonismo, pero ojo, no el liderazgo. Como líder, sigue siendo fundamental. Y él ha sabido asumir ese papel. Así lo han hecho Totti, Del Piero, Xavi Hernández, entre otros. Al fin y al cabo, las estrellas no pueden brillar por la eternidad. Santa Fe ya no depende únicamente de él, pero sí lo necesita.