Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
BogotáActualizado a

Que la vida útil de un técnico de fútbol esté atada a los resultados es una verdad de a puño. Ese cuento de los procesos en equipos de primera división es frágil y podría calificarlo como una mentira más del fútbol.

Lo increíble esta vez fue la salida de Ricardo 'Chicho' Pérez del Boyaca Chicó. No porque el dueño del equipo y mandamás haya ejercido todo su poder, pues al fin y al cabo es una empresa privada -o eso al menos parece-, sino por la forma.

No es la primera ocurrencia de Pimentel. Sus caprichos o conocimientos del plantel están casi siempre por encima de los criterios o pensamientos de sus empleados. Ahí está el meollo del caso.

Por un partido perdido, y siendo el primero, no hay justificación palpable para el cambio de técnico. Si fuera el último juego el que condenara al grupo al descenso,vaya y venga. Pero por la primera fecha no puede perder el puesto una persona que, se supone, trabajó la pretemporada y estudió a conciencia cuál debía ser el plantel titular. 

Pimentel, en el fondo y por su temperamento, atenta contra la profesión de técnico, dejando de lado el respeto que merece como persona 'El Chicho' Pérez, quien no sé si es bueno o malo como técnico.

Curiosamente en su época de jugador lucía condiciones de 'bravero' dentro del campo, como el mismo Pimentel. Pérez fue asistente de Juan Carlos Díaz en el Cúcuta y es de suponer que venía haciendo el curso de DT como un autodidacta, camino escogido y con frecuencia por nuestros entrenadores, abandonados por la Federación y los equipos en aquello de una regia capacitación.

Solo espero que 'Chicho' Pérez reciba todo en sus justos derechos laborales. Su reemplazante, Darío 'El Chusco' Sierra, quien fue asistente de Hernán Torres -incluyendo su paso por Costa Rica- sepa con certeza a qué 'palo se trepa' y esté pendiente de las recomendaciones, exigencias y formación del equipo, que tiene un técnico camuflado y con ganas de estar en la raya. Por ahora va a la tribuna.

Me hubiera gustado estar equivocado, porque es triste ver cómo se 'manosea' a una persona por el hecho de perder un partido. A no ser que existan razones diferentes.