Róbinson y la atajada bendita que acercó a Santa Fe a la Copa
Hace 16 años, con América, fue el villano de Santa Fe en la final de la Merconorte. Hoy detuvo dos cobros y se vistió de héroe en el arco sur.
El destino le tenía reservado a Róbinson Zapata su momento de consagración y su espacio de gloria: el área chica del arco sur del estadio El Campín.
Allí fue protagonista en el primera jugada del partido, cuando 'Wanchope' Ábila por poco marca un gol de camerino, y en la tanda de los penales, en la que detuvo los cobros determinantes.
Fue el primero de la tanda. Bogado no pudo vencer al arquero vallecaucano, quien abrió sus brazos y dio al paso al frente para acercarse a la otra mitad de la gloria.
Esa atajada fue determinante. Fundamental para la motivación de sus compañeros y vital para la ilusión de una tribuna que sufrió 120 minutos y terminó el partido con el Cristo en la boca.
Después, Ómar, Sejias y Balanta hicieron la tarea. Y en el último cobro, el que hizo explotar de júbilo al Campín y la mitad de Bogotá, rozó con la yema de sus dedos el disparo de Toranzo que, con la complicidad del horizontal, se convirtió en la llave de la felicidad.
Róbinson, aquel portero que un día apodaron 'Londrina' Zapata por la goleada 9-0 que recibió Colombia contra Brasil en un Preolímpico en el año 2000, se convirtió en el héroe de la histórica noche santafereña.
Hoy le suma a su hoja de vida el segundo título continental. El primero, paradójicamente, lo conquistó en 1999 ante Santa Fe cuando América ganó la final de la Copa Merconorte en la capital.
Hace 16 años también fue por penales, pero en el arco norte del Campín. Esta vez la hazaña fue en la portería sur, el rectángulo que hizo llorar de felicidad a la afición cardenal y se convirtió en el lugar de su consagración.