Héctor Fabio GruesoAmérica se 'murió' de nerviosCaliActualizado a 27 de noviembre de 2015 17:50 COTSe confiaba en la labor del técnico Alberto Suárez, hombre versado y quien había asegurado que sus declaraciones frescas y por momentos con altivez y triunfalismo, sólo tenían la intención de restarle presión al grupo de jugadores.Sin embargo, cuando sonó la pirotecnia y se exigía ganar, sus dirigidos terminaron condenados por errores ante exigencias mínimas de los adversarios.América brindó una engañosa consistencia mental cuando se repuso de resultados adversos en la fase previa a la recta final, ya con la orientación técnica de Suárez, quien, contrario al entrenador que reemplazó en el cargo (Fernando Velasco), tuvo a su favor, que su llegada a la dirección técnica coincidió con el retorno del equipo al Pascual Guerrero.Reiteró Suárez que el equipo debía de estar en su mejor forma deportiva para los seis partidos finales y aplaudió, días previos, que gozaban de plena vitalidad. También demostró ansias por alcanzar la gloria, celebrar el ascenso, y luego, el título como campeones del Torneo Águila.Empero, América se mostró tembloroso poco después de que se presentó en la cancha del barrio San Fernando para encarar al Universitario de Popayán, que durante el primer tiempo, aprovechó la tensión de los locales y marcó dos goles.Previo al juego de apertura de los cuadrangulares, al parecer, fue John Meneses el primero en mostrar desgano e inseguridad. ‘Pluto’ no volvió a aparecer en la plantilla y desde la intimidad del grupo, trascendió que el hasta entonces arquero titular, había exagerado su dolencia muscular.América nunca tuvo el gobierno de los partidos en los cinco compromisos del cuadrangular, pero pese a la falta de claridad, les hubiera bastado con mantener la concentración, para haber logrado el ascenso. Los zagueros Rodrigo Canosa y Dairin González le dieron armas a un Real Cartagena sin pólvora, que sin pensarlo ni buscarlo, en seis minutos se alzó en el marcador, que parecía definido a favor de los rojos, hasta que Suárez excluyó del campo a Néider Morantes en lugar de Wilmer Largacha; quiso asegurar la victoria y ‘se le rompió el bolsillo’.Un par de días después, el esfuerzo del ‘Tecla’ Farías fue malogrado. Un minuto después de que el argentino subiera el primer gol al marcador, llegó un insultante error de Amílcar Henríquez, que luego comprometió a toda la defensa, incluyendo al arquero, y César Amaya, empató el juego. Y luego en el Pascual Guerrero, el mismo Amaya venció de penalti al arquero de un equipo americano cándido, sin imponencia.En sólo cuatro partidos, los mismos que había adelantado el técnico del América que requería para lograr el ascenso, el equipo se descarriló; sin ánimo y repetido en los errores defensivos. “Hoy vimos el festival del horror en las pelotas cruzadas, porque había mucho nerviosismo”, terminó por reconocer el DT de los rojos al término del partido de este jueves contra el Real Cartagena.Y en efecto, América, pese a la ausencia de técnica de sus defensores y de la pegada de Ayron del Valle, cuando más se requería de su puntería, se ‘murió’ de nervios, y por eso no logró el ascenso en un cuadrangular que no fue ‘el de la muerte’. Fue el mismo América el que se suicidó.Etiquetado en:América de CaliTorneo ÁguilaDimayorEquiposFútbolOrganizaciones deportivasCompeticionesDeportes