Finalista sin gol
Aunque parezca extraño así es el asunto. Santa Fe es finalista de la Copa Suramericana acusando un déficit ofensivo grave. Morelo dispuso de una sola opción de gol, al "bañar" o pasarle por encima el balón al arquero de Luqueño. Angulo ni una vez y Borja quien ingresó al final tampoco llevó peligro. Sin gol, pero con la ventaja de haber anotado uno en Asunción, se quedó con el cupo y deberá ahora viajar a Buenos Aires, en donde chocará con River o con Huracán.
El partido resultó técnicamente discreto. Si Santa Fe no contó con delanteros astutos, que se muevan bien a espacios vacíos, también es cierto que nadie juega para ellos. A punta de pelotazos se hace complicado, hilvanar una jugada, armar una sociedad. Por eso el trabajo de los del fondo: zagueros y volantes se convierte en el pilar de este momento. Seijas, Gordillo, Roa, a veces excedido en fuerza, por eso vio una amarilla y pierde el próximo partido de la Sudamericana, mantienen a flote las esperanzas Cardenales.
El visitante dispuso de una magnífica oportunidad en el primer tiempo, cuando Báez, ingresando solo cerca al poste derecho de Zapata, se enredó y pare de contar. Tuvieron intentos en el juego aéreo, pero allí siempre resolvió con decisión, Robinson Zapata, utilizando los puños y alejando el peligro.
Por eso los dos equipos se nivelaron en un juego de lucha. Más de treinta faltas, muchas tarjetas amarillas y una noche relativamente tranquila para los arqueros.
La vez que Santa Fe tuvo una acción de gol invalidada, ocurrió por un error de los jugadores locales. El Luqueño armó su barrera humana, Santa Fe armó otra, en la misma línea. Cuando cobró Omar Pérez la de Luqueño se movió un paso hacia adelante y los de Santa Fe, un paso hacia atrás. Allí "pillaron" en fuera de lugar a Mina y sus compañeros. La lección que deja esta maniobra es sencilla. Armar la barrera un poco más adelante, más cerca de su cobrador y así se puede sacar provecho.
El cero a cero deja a Santa Fe en la puerta de su tercera definición para una copa internacional, pero es necesario juntar a Seijas y Pérez desde el comienzo y confiar en Morelo que algún día debe terminar con el "ayuno" de goles. Por ahora está cumpliendo una penitencia...