Y remontó
El tercero en una pena máxima clara y bien sancionada y mejor cobrada por Zapata, queriendo olvidar un error en el arranque del juego, cuando le dio el balón a un contrario y que llevó susto a la parcialidad santafereña. También tapó un remate sorpresivo de Estupiñán.
El Once después del 3-0, quiso levantar el espíritu ofensivo, que en general fue discreto. Johan Arango tuvo un tiro libre devuelto por la madera y casi en el cierre, Quintero puso el 3-1 que animó más a los visitantes, sin fluidez en ataque.
Espero si, que las prácticas bilardianas no vuelvan a aparecer. Esconder balones y Zapata fingiendo lesión y ganando tiempo. No era para asustarte, pero se notó que los nervios traicionaron a jugadores de Santa Fe al final.
Lo simpático del partido fue la actitud del árbitro Gamarra. Que no llegará a ser un gran árbitro aunque en esta vez, posó de simpático y cariñoso con los jugadores. Le dieron palmadas en la espalda los jugadores. Él les acarició la cabeza a más de uno. Estuvo sonriente dando a entender que quería granjearse una amistad fingida con los futbolistas. Pensaría para sus adentros: "si no puedo dirigir bien, al menos los jugadores me van a querer".
Santa Fe fue mucho más que el Caldas, antes el blanco blanco y ahora el negro negro. Los cardenales fueron capaces de remontar el primer resultado adverso en el Palogrande y están pensando en un cupo a la Copa Suramericana.