El “Loco” Abreu: el crack que le falta ver a El Campín

Como si no le bastara con tirar una pared con Ronaldinho, recibir un pase de Pep Guardiola, compartir el área con Luis Suárez, lanzar un centro para que cabecee Falcao y marcar más de 350 goles, este uruguayo le puso a sus tres millones de compatriotas el corazón en las manos durante la definición de los cuartos de final ante Ghana en el Mundial 2010.

Le tocó patear el último penal ante los africanos. Caminó tranquilo hasta el punto blanco. Tomó la pelota con las manos, la ubicó a su gusto y desde el costado derecho del área tomó una carrera de cuatro de pasos que terminó con su zurda picando el balón que lentamente fue al fondo. Sebastián Washington Abreu puso su locura por encima del sentido común y con “la firma de la casa”, como llama a su jugada, metió a Uruguay en las semifinales.

Antes de ese cobro ya lo llamaban “El Loco”. También nos había mostrado sus condiciones como ese delantero gambeteador y letal en área que debutó en 1995 en Defensor de Uruguay y que pasó por clubes de Argentina, Brasil, Ecuador, México, España, Israel y Grecia. Hinchas de diferentes países disfrutaron del carácter combinado con categoría que mostró con la camiseta número 13, la que siempre usó.

“Es ante todo un futbolista serie B. Lo comparo con Tarantino, que nunca va a ganar un Oscar pero es un director de culto. Con “El Loco” es igual. Siempre tomó el fútbol sin tanto drama. Además , siempre jugó un año por equipo, es un aventurero del fútbol. Es un jugador vistoso, tiene gambeta y su máxima gracia es que siempre hacía golazos”, explica el periodista colombiano Álvaro Castellanos, uno de sus devotos.

En Bogotá estuvo pero no jugó. Tiene faltas con su selección y con los más de 15 equipos con los que jugó en Latinoamérica. Con 38 años, en sus últimos días de futbolista, la capital colombiana podría disfrutarlo. Viajó con el plantel de Nacional que enfrentará a Santa Fe por la segunda fase de la Copa Sudamericana. La ausencia del delantero Iván Alonso por expulsión le abre una posibilidad de competir por el puesto con Juan Cruz.

Su ascendencia entre sus compañeros es sideral. Su palabra pesa. Se tiene en cuenta. “Además de jugar, también maneja otras cosas y lo tenemos”, agregó el DT.

Conoce El Campín, pero no suma minutos en la cancha. En 2008 en las eliminatorias para Sudáfrica 2010 se quedó en el banco por decisión técnica. El DT Oscar Tábarez cambió el 4-3-3 para contar con dos delanteros, Luis Suárez y Diego Forlán. Fue suplente en esa victoria celeste por 1-0.

En 2011 estaba en Botafogo de Brasil pero no viajó para el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana. La prioridad de los cariocas era el torneo local en el que estaban comprometidos con el descenso.

Munúa tiene la última palabra. Deberá remontar un 2-0 ante los cardenales y Abreu es una carta atractiva. “Loco”, pero con la estampa inalterable de crack.

Abreu en números