¿Para cuándo el Proyecto Millonarios?
Siete puntos en siete partidos. Un técnico confundido. Jugadores que sólo se responsabilizan afuera de la cancha. Una dirigencia que alimenta el ruido mediático con informaciones cruzadas sobre candidatos, mientras el DT de turno sigue entrenando*. Este es el presente de uno de los clubes más importantes de Colombia, a casi tres años de su último título. Muchas cosas andan mal en el club. Abundan los señalamientos pero hay poca autocrítica de las partes. Encontrar un nuevo técnico es sólo parte del problema...
Le llamaron el Proyecto Español y aguantó menos de un año. José Portolés aterrizó en Bogotá en julio de 2013, traía como escarapela su experiencia como asistente, preparador y manager deportivo en clubes de España, Rusia, Costa Rica y México. El contacto entre las directivas de Millonarios y Portolés nació de la visita del equipo colombiano al Real Madrid que terminó en goleada 8-0. Tres meses después festejó su estrella 14 en el FPC con Hernán Torres a la cabeza, sin embargo, los directivos no podían sacarse de la mente la idea de una revolución con acento español.
Un año más tarde, Portolés presentó un diagnóstico confidencial –que como es costumbre fue filtrado por los directivos- sobre el estado de Millonarios. Adquisición de terrenos, creación de una sección femenina, maqueta de ciudad deportiva, convenios internacionales, cambios en la alimentación y hasta una renovación en la página web hacía parte del proyecto. Nada se le escapó. Cómo no si también negoció un salario mensual 22 mil euros libres de impuestos mensuales, trabajo 24 semanas al año, hospedaje pago, tiquetes internacionales y viáticos. Un gran proyecto.
El final lo conocemos. Con Portolés llegó Lillo, con Lillo, Wesley Lopes, M'bami, una semifinal y pare de contar. Resultados escasos y una herida al corazón del hincha de Millonarios: 5-0 frente a Nacional que el técnico español trató sin tacto. “A Brasil le metieron siete, jeje (…) Prefiero perder un partido 5-0 que perder cinco uno cero”, dijo en rueda de prensa. El 2 de septiembre de 2014, el presidente del club, Enrique Camacho, anunció que Lillo no iba más. Hubo eso sí un acuerdo económico millonario por indemnización.
La salida de Lillo dejó un hueco en el presupuesto y a una demanda por incumplimiento de contrato de Wesley Lopes -que la Fifa ya falló en primera instancia en contra del club-. La solución, un traer un técnico que se ajustara a las condiciones de la dirigencia. Un entrenador al que la voluntad por dirigir lo hiciera ceder sus pretensiones. Ante la hinchada, después de filtrar nombres como Reinaldo Rueda y Santiago Escobar, la directiva ilusionó con el recuerdo del ídolo. Ricardo Lunari asumió el 13 de septiembre 2014, pero siempre le tocó correr de atrás.
A Lunari aún nadie le ha notificado que se va, pero los periodistas más importantes del país afirman que su salida del equipo no tardará más que unas horas. Los directivos también les han informado que conversan con técnicos como Bernd Schuster, Rubén Israel, Matías Almeyda, Néstor Gorosito y Gustavo Costas. Los tres últimos ya negaron los contactos. Quedarían entonces el alemán –ex Real Madrid- y el uruguayo –excampeón con Libertad de Paraguay.
La versión de Schuster –con mucha pinta de una bomba de humo- ha sido respaldada por varios medios, agregándole el elemento de que al entrenador le emocionaba mucho la idea de dirigir al equipo en el que brilló Alfrefo Di Stéfano. Sin embargo, tanto romanticismo enciende las alarmas. El brillo hace perder el foco. Millonarios necesita un técnico que conozca el fútbol latinoamericano, que sepa potenciar las características técnicas, tácticas y culturales de los jugadores colombianos, un DT para el que la infraestructura no sea un problema y sobretodo que pueda identificar los elementos que no le aportan al equipo. La responsabilidad no solo es del técnico, es de los futbolistas y de los dirigentes que deben empezar a trabajar un Proyecto Millonarios.
* Este martes 25 de agosto, a las 8:30 p.m., Millonarios informó la terminación de contrato de Lunari.