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Teo se perdió la selfie y algo más...

Un fichaje sin mucho ruido. Aterrizaje sobre la hora. Lucas Alario llegó a River Plate para reforzar un segundo semestre en el que el objetivo era la Copa más preciada. El delantero llegó de Colón con 12 anotaciones en 60 partidos y el sello de un gol que significó el último ascenso del club de Santa Fe. Respondió. Marcó en la semifinal ante Guaraní y abrió el camino de la victoria en una final que se complicaba. Un gol de cabeza que le sacó las primeras lágrimas a los hinchas que esperaron 19 años a que la gloria continental regresara.

Al final fue 3-0 y celebración bajo la lluvia intensa que aderezó la hazaña en Buenos Aires. Los ídolos como Gallardo o Cavenaghi inmortalizándose, los que aguantaron las malas como Funes Mori y Sánchez, recibiendo un premio que supera cualquier recuerdo de la B. Incluso Álvarez Balanta corrió con los brazos abiertos por la cancha para sumarse al festejo histórico. En la foto solo faltó un protagonista que pintaba para brillar en un partido como este: Teófilo Gutiérrez.

“Es loco el fútbol, hace seis meses tuve la suerte de ascender y ahora esto. Se lo dedico a mi familia que viajó muchos kilómetros para poder estar acá", le dijo Alario al reportero Marcelo Benedetto antes de que el juez pitara el final del partido. Sin duda una locura, las noches de Copa sirven para brindar por los que llegaron y los que se fueron. Con unos y otros se escribe la historia.