Así resultó la espectacular demostración de Argentina frente a Paraguay. Una soberbia actuación de Messi , como en sus mejores momentos en el Barcelona, ejecutando pasegol, creando opciones, apoyando a Pastore -de alta calificación- y llevando a los guaraníes a su máxima expresión de impotencia futbolística. En solo cuarenta minutos del segundo tiempo anotaron cuatro goles y certificaron que llegan a la final de la Copa , frente a Chile, con las pilas puestas, sin lesionados, con todo el plantel habilitado, porque en un momento se arriesgaba con tarjetas amarillas.
Argentina tiene gol en cualquier parte del medio campo hacia adelante. Resultó increíble que cuando sale Agüero, después de aportar su gol, el reemplazante Higuaín , al tocar el primer balón, anotara. Y eso que Tévez no tuvo oportunidad de actuar. Los paraguayos, con lealtad para jugar y sin pegar ni atropellar, aceptaron su inferioridad y solo Lucas Barrios, cuando concluía el primer tiempo, alimentó alguna esperanza para el empate, diluida apenas reiniciaron el partido.
No tuvo suerte tampoco, pues sus tres delanteros resultaron lesionados, de los cuales el más importante Derlis González , quizá, no alcance a recuperarse para disputar el tercer puesto del viernes contra Perú. Se habla de alguna debilidad defensiva y puede ser cierto. Eso queda opacado cuando los de arriba hacen goles. Hace muchos años el Santos de Brasil , con Pelé a la cabeza, sufría el mismo problema. Sufría entre comillas porque sus errores defensivos desaparecían con la contundencia y magia de sus delanteros.
Así es esta Argentina en el cierre de la Copa. Por eso desde ya el desenlace luce atractivo, porque tanto Chile como Argentina cuentan con potencia y contundencia en la zona delantera. Messi juega y hace jugar.
Y un poco menos, pero también reconocido, es el papel que cumple Valdivia en el local. De ahí que, en el papel, estemos frente al que puede resultar el mejor partido de la Copa América .
Lo de Argentina ante Paraguay solo tiene una palabra: ARROLLADOR ...